Capítulo 4: Desiciones.

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《Mansión secundaria, zona neutra, Busan, Corea del sur 》

Cuando las patrullas desaparecieron, las camionetas blindadas bajaron la velocidad, Wook, quien conducía el auto donde los Min escapabas sonrió con cierta tranquilidad, el plan había salido de maravilla, por lo que ahora solo necesitaban llegar a casa y descansar un poco, sabía que había cosas pendientes, una de ellas iba sentada en medio de los Min con una bolsa en la cabeza, tenía que investigar al castaño lo antes posible, no podía permitir qué este les hiciera daño, observó desde el retrovisor a YoonGi, se cuestionaba qué había sido aquello que lo llevo a traer al chico con ellos, si bien, la situación había sido apresurada, Min pudo tomar otras decisiones quizá más drásticas, pero que salvaguardaban la seguridad de los demás.

¿Por qué no solo lo había matado? ¿Por qué tenía que salvarlo?

Aquellas preguntas rondaban por su mente, sin embargo, no era momento de obtener respuestas , primero necesitaba asegurarse de que sus jefes estuvieran cien por ciento a salvo.

Las camionetas alentaron el paso cuando el portón de la mansión fue abierto, segundos después los hombres comenzaron a bajar, cada uno enfocándose en la tarea que debía hacer, eran alrededor de las cuatro de la mañana, el cielo aun estaba oscuro, pero sabía que no tardaría en comenzar a aclarar. Bajo del auto mientras le daba a algunos de sus hombres un par de instrucciones, detrás de ellos entro un camión negro, la mercancía estaba en sus manos y aquello era un peso menos sobre el que pensar, se alejo un poco para ir a ver la mercancía, quería asegurarse por el mismo que todo estaba bien, cuando tuvo los paquetes en sus manos suspiro con cierta tranquilidad, dio órdenes de trasladar la mercancía y resguardarla, en un par de horas más esta sería envida a San francisco para después comenzar su translado.

Detuvo unos segundos su qué hacer solo para ver a YoonGi y Jungkook bajar del auto, el menor de ellos entro directo a la casa, no había expresión en su rostro, aunque sabía-por el hecho de que lo conocía de años-qué estaba cansado, su vista involuntariamente regreso a YoonGi, quien mantenía un rostro serio, vio al pálido tomar el antebrazo del castaño-quien aun tenía la bolsa en su cabeza-y llevarlo adentro de la casa, le hablo a uno de sus hombres en una orden qué no pudo escuchar, sintió curiosidad, pero decidió qué más tarde averiguaría sobre ello, regreso su atención a la mercancía y tras estirarse un poco continuo dando instrucciones precisas de que hacer.

Ya tendría tiempo de dormir después.

YoonGi se recargo en el marco de la puerta, su mirada se poso en el castaño que estaba semi-recostado en la cama, tenía los ojos cerrados y el ceño fruncido seguramente por el dolor que sentía en sus pies, se pregunto que es lo que le había pasado para terminar así-Y no solo hablaba de sus pies-No había qué ser médicos para notar que estaba bajo de peso, tenía la piel pálida y Min estaba seguro que no era por que ese fuera su tono de piel, además de sus pies qué estaban bastante lastimados por cortadas, no descartaba qué pudiera tener alguno otro tipo de lesión o daño, ¿Sook le hacía eso?

-Listo.-La mujer que estaba curando los pies de Jimin hablo, Min la observó unos segundos antes de mover la cabeza en señal de que se fuera, esta asintió y tras guardar sus cosas salió de la habitación completo silencio.

Jimin abrió los ojos, observó brevemente la habitación y aunque tuvo la curiosidad de ver al hombre que lo veía, no lo hizo, el miedo era más grande. YoonGi dejo de recargarse en la puerta y en un par de lentos pasos se adentro a la habitación hasta quedar enfrente de la cama y de Jimin.

-¿Quién eres?-Jimin no lo vio, mantuvo su mirada abajo observando sus manos.

-Park Jimin, señor.-Min asintió.

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