Capítulo 8: Carreras.

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—¡Ji-Eun!—Jungkook alzó la voz cuando divisó a cierta castaña, la chica giro sus pies en dirección de donde la voz venía, Jungkook terminó de bajar los escalones de la escuela y trotó hasta llegar a ella.—Ti ho cercato ovunque.  (Te busqué por todos lados)—Su voz salió suavemente agitada.

—Mi dispiace, sono uscito prima, pensavo che non mi avresti accompagnato a casa, ieri è venuto a prenderti tuo fratello. (Lo siento, salí temprano, pensé que no ibas a acompañarme a casa, ayer tu hermano vino por ti)—La chica sonrió cuando tuvo a Jungkook frente a ella.

—Dovevo andare da qualche parte con lui, ma non importa più, dai, ti accompagno a casa. (Tenía algo que hacer ayer, pero ya no importa, vamos te acompaño a casa)—El menor de los Min tomó con suavidad la mochila de los hombros de Ji-Eun para colgarla en su hombro, acción qué solía hacer a menudo.

Los dos adolescentes comenzaron a caminar, el clima de Italia era cálido el verano comenzaba a tomar fuerza de entre la primavera por lo que conforme los días fueran avanzando el clima iría en aumento. Para Jungkook eso no significaba muchos problemas había nacido y crecido en Italia, por lo que estaba muy acostumbrado al caluroso clima, sin embargo, Ji-Eun era otra historia, la chica había nacido en Corea y había vivido parte de su infancia ahí, no fue hasta que su padre obtuvo un ascenso qué toda la familia tuvo que mudarse a Italia, para ella el clima aun resultaba demasiado caliente para su gusto.
A pesar de eso, ese día era agradable, el aire venteaba con suavidad dejando a la brisa fresca predominar de entre el sol caliente. Los dos jóvenes se mantenían en silencio, en el tiempo que llevaban conociéndose habían logrado entablar una buena amistad, para ellos no era necesario llenar los silencios de conversaciones innecesarias, a veces como ahora solo era necesario caminar uno junto al otro para saber que estaban ahí.

Min detuvo sus pasos cuando divisó la casa de su amiga, esta hizo lo mismo, ambos se voltearon a ver antes de que  las sonrisas inundaran sus rostros.

—Gracias por traerme Jungkookie.—La castaña hablo, esta vez usando el coreano, Jungkook la observó, sonrió con suavidad antes de asentir.

—No hay problema.—Su voz salió pausada, aunque sus padres fueran coreanos, él era italiano, por lo que le era más fácil hablar en italiano qué en coreano, aún así, por Ji-Eun podía hacer lo que sea. Le entregó la mochila, sus ojos la observaron con tranquilidad, su corazón latió con fuerza recordando rápidamente el motivo por el cual la había estado buscando como loco.

—Te veo mañana.—La chica se despidió, se alzó un poco para darle un abrazo, después se alejo a pasos lentos hacia su hogar.

Jungkook la observó, sintió su corazón querer salirse de su pecho, respiro profundamente antes de hablar.

—¡Espera!—Su voz salió temblorosa, ella detuvo sus pasos y se giro para verlo con curiosidad, Jungkook aclaró su garganta y se acercó los cortos pasos qué lo separaban de ella.—Yo…te quería preguntar algo.

Ella asintió.

—Claro, adelante.—Jungkook tomó aire, recordó las palabras de su hermano y aquello le dio valor.

Sonríe y pídele qué salga contigo.

Observó a su amiga, antes de esbozar una sonrisa nerviosa.

—Me preguntaba si a ti… a ti te gustaría ir al baile de verano conmigo.—Inevitablemente sintió el aire retenerse en sus pulmones, ella lo observó unos segundos antes de parpadear.

—Claro, no hay problema con eso.—Ella sonrió. Min la observó unos segundos, soltó el aire en sus pulmones y sonrió.

—Gracias.

The Min'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora