El evento era para la nueva apertura de un restaurante en una de las zonas más importantes de Seúl.
—Hong, San... —llamó Jayb después de un rato más de estar ahí, con un tono que hizo que ambos se volvieran a mirarlo—. Sé que esto no estaba en los planes, pero me gustaría mucho que trabajaran para nosotros.
San y Hong se quedaron perplejos ante la propuesta. Era una gran oportunidad, y lo sabían, pero a Hong le preocupaba dejar la pastelería que ya había construido con tanto esfuerzo, aquello que había sido su sueño durante tanto tiempo parecía estar en juego.
—Me gustaría pensarlo —respondió Hong, sintiendo cómo la incertidumbre se apoderaba de su mente.
—A mí también —dijo San, apoyando a su amigo y sintiendo la misma presión sobre sus hombros.
—Claro que sí, no hay problema —respondió Jayb, su mirada fija en Hong, como si pudiera leer sus pensamientos—. Pero espero que de verdad se puedan quedar con nosotros.
A medida que la noche avanzaba, el bullicio del evento comenzó a desgastarlo, aproximadamente a las 9 de la noche, Hong sintió el peso del cansancio acumulándose, se acercó a Jayb, con un tono de voz que no podía ocultar su fatiga.
—¿Crees que pueda retirarme? Estoy bastante agotado y me gustaría descansar —preguntó Hong, sintiendo que su cuerpo le pedía un respiro.
—Claro, en cuanto quieras, puedes marcharte. ¿Pido que te lleven? —preguntó Jayb, con una preocupación genuina.
—No, no es necesario. Pediré un taxi —respondió Hong, intentando ser autosuficiente.
—Me iré contigo, también estoy bastante cansado —mencionó San, y Jayb asintió, comprendiendo la necesidad de un descanso.
—El pago por los pasteles será depositado en tu cuenta, Hong. Si hace falta, por favor indícamelo —dijo Jayb, mientras se preparaban para salir del evento.
Hong asintió, sintiendo una mezcla de gratitud y ansiedad. Salieron del evento y se dirigieron a la calle para tomar un taxi. Una vez dentro del vehículo, recibió una notificación de su banco.
Al abrirla, sus ojos se abrieron de par en par y su mano tapó su boca para evitar dar un grito. En su cuenta había un depósito de 56,600,000 wones. Era una suma abrumadora, mucho más de lo que había esperado por su trabajo.
—¡Mira esto! —exclamó Hong, mostrándole el teléfono a San, quien no pudo evitar gritar de emoción. El pago era mucho más de lo que habían anticipado, y la alegría en el rostro de San reflejaba el asombro de ambos.
—¡Esto es increíble! —gritó San, casi sin poder contener su entusiasmo. —¡No puedo creer que hayamos ganado tanto por 2 días de trabajo!
Hong sonrió, sintiéndose aliviado y eufórico a la vez. Un torrente de posibilidades comenzó a fluir en su mente. Quizás, solo quizás, este nuevo camino podría ofrecerle lo que había estado buscando. El futuro se veía más brillante que nunca, y la noche, a pesar de su cansancio, se convirtió en un recordatorio de que los sueños podían hacerse realidad.
Después de una hora de trayecto, el taxi hizo su primera parada en casa de San, Hong observó por la ventana cómo su amigo se despedía con una sonrisa, todavía con el brillo de la celebración en su rostro, y luego el auto continuó su camino hacia su propio hogar, la noche había sido agotadora pero gratificante, y ahora solo anhelaba descansar.
Al llegar, la luz tenue del vestíbulo le dio la bienvenida. Mingi había preparado una cena especial, y el aroma de la comida recién hecha llenaba el aire. —¿Cómo te fue? ¿Cómo estuvo el evento? —preguntó Mingi, acercándose a Hong con una cálida sonrisa y un beso en los labios.
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No termino (+18) Minjoong
Фанфик★彡[ʜᴏɴɢᴊᴏᴏɴ ᴇꜱ ᴜɴ ʀᴇᴘᴏꜱᴛᴇʀᴏ Qᴜᴇ ᴍᴀɴᴇᴊᴀ ʟᴀ ᴘᴇQᴜᴇÑᴀ ᴘᴀꜱᴛᴇʟᴇʀÍᴀ ᴅᴇ ꜱᴜ ᴍᴀᴅʀᴇ ᴇɴꜰᴇʀᴍᴀ, ᴄᴏɴᴏᴄᴇ ᴇʟ ᴅÍᴀ ᴅᴇ ꜱᴜ ᴄᴜᴍᴘʟᴇᴀÑᴏꜱ ᴀ ᴍɪɴɢɪ, ᴜɴ ᴄʜɪᴄᴏ ᴇʟ ᴄᴜᴀʟ ᴏꜰʀᴇᴄᴇ ꜱᴇʀᴠɪᴄɪᴏꜱ ꜱᴇxᴜᴀʟᴇꜱ, ᴘᴀʀᴀ ᴘᴏᴅᴇʀ ᴄᴜᴍᴘʟɪʀ ꜱᴜ ꜱᴜᴇÑᴏ ᴅᴇ ᴠɪᴀᴊᴀʀ ᴘᴏʀ ᴇʟ ᴍᴜɴᴅᴏ, ꜱɪɴ ᴇᴍʙᴀʀɢᴏ ¿ᴍɪɴɢɪ ᴇꜱᴛᴀʀÁ ᴅɪꜱᴘᴜ...