Cap.21

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El aire se tornó denso y electrizante cuando Hong vio al rostro que había estado tratando de evitar. En la entrada de la puerta, Jessi se erguía con una confianza desafiante, y su mirada era como un rayo que atravesaba la oscuridad.

—Entonces, los rumores son ciertos —mencionó, su tono impregnado de desprecio—. Así que tú eres la persona que ha estado saliendo con mi hombre —indicó, mirándolo de arriba a abajo con un deje de asco.

Hong sintió que sus pies se quedaban clavados en el suelo, incapaz de moverse, la incredulidad lo abrumó, y su mente trataba de procesar la situación.

—¿Qué...? —logró articular, su voz apenas un susurro, como si las palabras se negaran a salir con claridad.

—Quita esa cara de idiota, sabes muy bien quién soy —respondió Jessi, su voz cortante como un cuchillo.

Ella hizo su entrada con un porte arrogante, llevando un vestido corto que acentuaba sus curvas y unas botas que hacían que su figura pareciera aún más imponente, su cabello, con rizos perfectos, caía sobre sus hombros, dándole un aire de diosa, pasó de largo, rozando a Hong con la punta del dedo.

Jessi entró en la casa, y detrás de ella, dos hombres corpulentos y altos se quedaron en la puerta, una presencia amenazante que parecía advertir a Hong de que no había salida. Mientras Jessi recorría la casa, su mirada se movía con desprecio, pasó sus dedos sobre uno de los muebles, haciendo una mueca de asco al notar la capa de polvo que lo cubría.

Hong, sintiéndose cada vez más abrumado, se dio la vuelta, pero su cuerpo seguía pesado, como si el aire estuviera impregnado de tensión. —¿Qué...? —empezó a decir, pero fue interrumpido.

—No, yo hablo y tú te callas —interrumpió Jessi, señalándolo con un dedo que parecía tener el poder de congelar el tiempo. —¿Qué es lo que pretendes al seguir saliendo con Mingi? —preguntó, su voz llena de odio —. ¿No sabías que él salía conmigo desde hace años? ¿Crees que va a dejarme por ti?

La risa burlona de Jessi resonó en la habitación, un sonido grotesco que hacía eco de su arrogancia. Hong sintió como si las palabras de Jessi fueran dagas, cortando a través de su corazón y dejando heridas abiertas, cada frase era un golpe, y la realidad de la situación lo atrapaba en una trampa de desesperación.

—No es lo que piensas... —intentó decir, su voz temblando bajo el peso de la confrontación.

—¡Oh, por favor! —interrumpió Jessi, levantando la mano como si deseara ahogar cualquier intento de respuesta. —No me hagas perder mi tiempo. Sabes que Mingi es mío. ¡Siempre lo ha sido! —sus ojos brillaban con una mezcla de furia y desdén, y la atmósfera se tornó pesada con la tensión no resuelta.

Los hombres detrás de ella intercambiaron miradas, como si estuvieran evaluando la situación, listos para intervenir si la cosa se ponía fea. Hong sintió el sudor frío recorrer su espalda, las palabras de Jessi resonaban en su mente.

—No quiero problemas —dijo Hong, su voz apenas un murmullo, pero Jessi solo se rió de nuevo, una risa que sonaba a triunfo.

—Demasiado tarde para eso, cariño, has entrado en mi territorio, y no tengo intención de dejarte quedarte —dijo, mientras cruzaba los brazos, exhibiendo una actitud de dominio.

Hong tragó saliva, sintiendo que la desesperanza lo envolvía. Sabía que se encontraba en una batalla que no podía ganar, y el peso de la verdad lo aplastaba. La rabia y la tristeza se mezclaron en su interior, y mientras Jessi continuaba hablando, él se dio cuenta de que no solo estaba luchando por su amor por Mingi, sino también por su dignidad, por su derecho a existir sin miedo a ser atacado.

No termino (+18) MinjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora