Pasaron los días, y Hong seguía recuperándose, aunque ya no estaba en el hospital, aún no había vuelto a abrir la pastelería.
Una tarde, mientras se encontraba descansando en su habitación, eran aproximadamente las 6 de la tarde, y el ambiente estaba lleno de una calma que lo envolvía.
De repente, escuchó el timbre sonar. —Seguramente mi madre abriría —pensó, pero segundos después, sintió unos golpecitos suaves en su puerta.
—Cariño, te buscan —indicó su mamá, asomando su cabeza con una expresión de curiosidad y alegría. Hong sintió una punzada de renuencia en su pecho; no quería levantarse de la cama donde se encontraba viendo una película.
Con un suspiro resignado, se incorporó, dejando que la manta se deslizara de su cuerpo, se pasó una mano por el cabello, tratando de despejarse un poco antes de enfrentar lo que fuera que lo esperara al otro lado de la puerta.
Al abrir la puerta, su madre sonrió cálidamente, y detrás de ella había una figura familiar que hizo que su corazón se acelerara. Era Jayb, con su expresión alegre y un brillo en los ojos que le transmitía una sensación de confort.
—¡Hola, Hong! —saludó Jayb con entusiasmo, y aunque Hong quería sonreír, una parte de él aún dudaba, la confusión y la falta de recuerdos pesaban sobre sus hombros.
—Hola —respondió Hong, su voz un poco más baja de lo que pretendía.
—Vengo a invitarte a cenar —dijo Jayb, sonriendo con una calidez que iluminaba la habitación.
—Muchas gracias, pero no quiero salir, además, no estoy arreglado —indicó Hong, su voz un poco titubeante, la idea de salir lo llenaba de ansiedad
—Anda, cariño, sal con él, ya tiene tres semanas que saliste del hospital —intervino la señora Kim, Jayb solo sonreía, aguardando pacientemente la respuesta de Hong.
Después de un momento de vacilación, Hong tomó una decisión. —De acuerdo, dame unos minutos para cambiarme —mencionó, y una sonrisa tímida se dibujó en su rostro, se metió de nuevo a su cuarto, sintiendo una mezcla de nervios y emoción.
Una vez dentro, Hong revisó su armario, optó por unos jeans negros ajustados que le daban un aire casual, pero a la vez atractivo, aunque por la pérdida de peso, todo le quedaba grande, combinó esto con unas botas que había usado en ocasiones anteriores y un suéter negro holgado que lo hacía sentir cómodo, a pesar de que su cabello estaba algo despeinado, no se preocupó demasiado.
Salió de su habitación después de 15 minutos. En la sala, Jayb y su madre charlaban animadamente, y al verlo, Jayb sonrió con una energía contagiosa. —¿Estás listo? —preguntó, sus ojos brillando de emoción.
Hong asintió, sintiendo que la ansiedad comenzaba a desvanecerse un poco con cada momento. Se despidió de su madre, quien le dio un abrazo cálido y un beso en la frente, una pequeña bendición que lo reconfortó. No recordaba que su madre se había estado quedando sola las últimas veces, pero antes de marcharse, ya había hablado con Sonia, sorprendiéndola con su inesperada llamada justo antes de salir.
Al salir con Jayb, Hong sintió cómo el aire fresco lo envolvía. Se dirigieron al auto de Jayb, y aunque aún se sentía algo incómodo, la sonrisa de Jayb lo hacía sentir un poco más seguro. Los demás parecían conocerlo, así que se preguntó: ¿qué podría salir mal?
—¿Hace cuánto nos conocemos? —preguntó Hong sin más, intentando romper el hielo.
—Como tres meses, más o menos —respondió Jayb, su tono despreocupado.
—Aaaahhh —dijo Hong, asimilando la información. —¿Y a dónde vamos?
—Al lugar donde nos conocimos —dijo Jayb, mientras encendía el motor y salían del vecindario.
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No termino (+18) Minjoong
Fanfic★彡[ʜᴏɴɢᴊᴏᴏɴ ᴇꜱ ᴜɴ ʀᴇᴘᴏꜱᴛᴇʀᴏ Qᴜᴇ ᴍᴀɴᴇᴊᴀ ʟᴀ ᴘᴇQᴜᴇÑᴀ ᴘᴀꜱᴛᴇʟᴇʀÍᴀ ᴅᴇ ꜱᴜ ᴍᴀᴅʀᴇ ᴇɴꜰᴇʀᴍᴀ, ᴄᴏɴᴏᴄᴇ ᴇʟ ᴅÍᴀ ᴅᴇ ꜱᴜ ᴄᴜᴍᴘʟᴇᴀÑᴏꜱ ᴀ ᴍɪɴɢɪ, ᴜɴ ᴄʜɪᴄᴏ ᴇʟ ᴄᴜᴀʟ ᴏꜰʀᴇᴄᴇ ꜱᴇʀᴠɪᴄɪᴏꜱ ꜱᴇxᴜᴀʟᴇꜱ, ᴘᴀʀᴀ ᴘᴏᴅᴇʀ ᴄᴜᴍᴘʟɪʀ ꜱᴜ ꜱᴜᴇÑᴏ ᴅᴇ ᴠɪᴀᴊᴀʀ ᴘᴏʀ ᴇʟ ᴍᴜɴᴅᴏ, ꜱɪɴ ᴇᴍʙᴀʀɢᴏ ¿ᴍɪɴɢɪ ᴇꜱᴛᴀʀÁ ᴅɪꜱᴘᴜ...