No termino (+18) Minjoong

Cap. 29

Jayb sonrió —Nunca haría eso, vamos a disfrutar de este viaje juntos. —Sus palabras eran un ancla, prometiendo un día lleno de aventuras y conexiones.

Al cabo de un par de horas, se encontraban cerca del embarcadero donde tomarían el bote para su viaje, llevaban consigo todo lo necesario para pasar una tarde memorable, al llegar, se dieron cuenta de que el bote aún no había arribado, así que se acomodaron en un banco cercano, disfrutando de la brisa marina que acariciaba sus rostros mientras esperaban.

—¡Woah! ¡Mira ese yate! ¡Es impresionante! —exclamó Woo, señalando con el dedo hacia una majestuosa embarcación que navegaba hacia ellos. Todos los demás giraron la cabeza para admirar el espectáculo, sus ojos brillando con asombro.

Después de unos minutos, el yate se acercó al embarcadero, y un hombre vestido con un uniforme de marinero se asomó a la borda. —¡Buenas tardes, Señor Lim! Estamos listos para salir —anunció con una sonrisa amplia.

—¿Qué? ¿Iremos en este? —preguntó San, asombrado, mientras los demás se emocionaban al darse cuenta de que su aventura sería mucho más lujosa de lo que habían imaginado.

El hombre, que parecía ser el capitán, bajó del yate y les ayudó a subir las cosas que llevaban. El sol brillaba intensamente, reflejándose en las olas del mar, creando un espectáculo deslumbrante que elevaba aún más el ánimo del grupo.

Al subir, fueron guiados por Jayb hacia el interior del yate, el espacio era amplio y acogedor, con sofás dispuestos en un círculo, mientras el yate zarpaba, Hong se maravilló con las vistas: el mar azul se extendía hasta donde alcanzaba la vista, en la zona de comedor al aire libre, una mesa elegantemente dispuesta les esperaba, adornada con platos de mariscos frescos y sabrosos que prometían un festín delicioso.

Después de disfrutar de la comida, llena de risas y anécdotas compartidas, los chicos decidieron explorar el interior del yate. La sala de estar estaba decorada con arte contemporáneo, cada pieza contando una historia diferente, al fondo, una puerta conducía a las cabinas; cada una estaba equipada con camas king size vestidas con sábanas suaves y lujosas.

Finalmente, encontraron su camino hacia la terraza superior, donde un jacuzzi burbujeante los esperaba, lleno de agua caliente y burbujas.

—Me indicaron que va a hacer buen clima por la tarde, si quieren, podemos pasar aquí la noche —mencionó Jayb, todos estuvieron de acuerdo, sus caras iluminadas por la idea de extender su aventura y disfrutar de la noche bajo las estrellas.

Los chicos disfrutaban de una velada perfecta en el yate, la atmósfera estaba llena de risas, el tintinear de las copas y el burbujeo del jacuzzi, donde se habían sumergido en un estado de relajación total, estaban rodeados por el mar y el cielo, y la combinación de buena compañía, comida deliciosa y bebidas refrescantes había creado un ambiente de pura felicidad.

A medida que el sol se ocultaba, las luces del yate comenzaron a brilla, la música suave que sonaba de fondo acompañaba sus conversaciones animadas, y todos se maravillaban de lo afortunados que eran de estar allí, en ese momento tan perfecto. Al llegar pasada la medianoche, los chicos decidieron que era hora de retirarse a sus habitaciones. Woo se había quedado con San en una habitación, mientras que Hong se dirigió a otra, con la idea de descansar.

Jayb, sin embargo, había estado hablando con el capitán del yate, después de un rato, se despidió del capitán y salió en busca de Hong. Al llegar a la terraza, vio a Hong sentado, observando la oscura noche, el cielo estaba cubierto de estrellas, brillando como pequeños diamantes esparcidos, aquella vista era algo que Hong pensaba que no podría permitirse, pero gracias a Jayb, estaba disfrutando de una experiencia que parecía sacada de un sueño.