Capitulo 5: Tiempo Juntos

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Narrador.

Ochako comenzó a despertar lentamente, sintiendo la calidez del cuerpo de Izuku a su lado. El peso del sueño aún descansaba sobre sus párpados, pero una suave sonrisa se formó en sus labios al recordar dónde estaba y con quién. La noche había sido perfecta, llena de un cariño y una cercanía que pocas veces habían podido compartir tan plenamente.

Con delicadeza, Ochako abrió los ojos, y lo primero que vio fue el rostro de Izuku, relajado y en paz mientras dormía. Sus brazos todavía la rodeaban, como si incluso en sus sueños, él quisiera protegerla. La escena la hizo sentir una oleada de ternura tan intensa que su corazón pareció latir un poco más fuerte.

Con cuidado, Ochako se inclinó hacia él, su rostro tan cerca que podía sentir la suave respiración de Izuku en su piel. Ella sabía que lo que estaban compartiendo era especial, un momento que ambos atesorarían para siempre. Sin pensarlo dos veces, cerró los ojos y presionó sus labios suavemente contra los de él en un beso tierno y delicado, lleno de todo el amor que sentía por él.

Izuku comenzó a despertar, su conciencia flotando lentamente de las profundidades del sueño. Lo primero que sintió fue la dulzura del beso de Ochako, una sensación cálida que lo llenó de una paz inmediata. Al abrir los ojos, sus verdes pupilas encontraron el rostro sonriente de Ochako, que lo miraba con una mezcla de amor y diversión.

Aún somnoliento, Izuku parpadeó un par de veces, ajustándose a la realidad del momento. La luz suave de la mañana iluminaba la sala, dándole a todo un aura de serenidad. Sus brazos, aún firmemente alrededor de Ochako, la acercaron un poco más, como si quisiera asegurarse de que no fuera solo un sueño.

Izuku: ¿Cómo dormiste? -preguntó Izuku, su voz ronca por el sueño, pero llena de ternura.

Ochako sonrió, una sonrisa que reflejaba la calma y la felicidad que sentía en ese momento. Acarició suavemente la mejilla de Izuku con su mano, disfrutando de la sensación de su piel bajo sus dedos.

Ochako: Dormí muy bien, gracias a ti -respondió ella, su voz suave y sincera- Fue uno de los mejores sueños que he tenido... porque te tenía a mi lado.

Izuku sonrió, un destello de gratitud en sus ojos al escuchar sus palabras. El simple hecho de saber que él había contribuido a su felicidad le llenaba de una profunda satisfacción. Con un gesto de afecto, levantó una mano para acariciar el cabello de Ochako, sintiendo cómo se deslizaba entre sus dedos, tan suave y familiar.

Izuku: Me alegra saberlo -dijo él, su voz suave y cargada de emoción- Estar contigo, aquí, así... es más de lo que jamás habría imaginado.

Ochako cerró los ojos por un momento, disfrutando del contacto, del simple placer de estar tan cerca de él. Había una quietud en el aire, una tranquilidad que ambos sabían que no podían encontrar en ningún otro lugar. Y en ese instante, no había prisa, no había deberes de héroes, solo la certeza de que se tenían el uno al otro.

Izuku la miró con un amor tan profundo que era casi palpable, sus ojos fijos en los de ella como si estuviera grabando cada detalle en su memoria. La abrazó un poco más fuerte, como si quisiera que ese momento durara para siempre, como si en sus brazos pudiera protegerla de todo.

Izuku: Te amo, Ochako -susurró, su voz apenas audible, pero llena de una verdad innegable.

Ochako sintió cómo su corazón se llenaba de una calidez indescriptible al escuchar esas palabras. No necesitaba responder con palabras; su beso, su mirada, todo en ella le decía que sentía lo mismo. Se inclinó hacia él, sus labios rozando los de Izuku una vez más, en un beso que prometía que siempre estarían juntos, sin importar lo que el futuro les deparara.

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