Narrador.
Los días en I-Island habían transcurrido con una tranquilidad inesperada, casi como si el lugar fuera un refugio apartado del mundo exterior y sus constantes desafíos. Para Ochako, cada día había sido una bendición, una oportunidad para sanar no solo su cuerpo, sino también su espíritu. El tiempo, con su ritmo pausado y su sol cálido, le había permitido recuperarse por completo. Aquellos primeros días en los que necesitaba la ayuda de la silla de ruedas para moverse ya eran un recuerdo lejano. Ahora, de pie sobre sus propios pies y sintiendo la solidez del suelo bajo ella, Ochako caminaba con renovada fuerza.
Sentía como si una brisa fresca la rodeara cada vez que daba un paso, como si el peso de la incertidumbre y el dolor se hubiera desvanecido. Su recuperación no solo había sido física; también había sido una oportunidad para reconectar con lo que era más importante para ella. Estos días le habían dado algo que nunca pensó que encontraría tan pronto: tiempo. Tiempo para estar con la persona que amaba más que a nadie en el mundo, Izuku. Él había estado a su lado en cada momento, en cada etapa de su sanación, brindándole su apoyo incondicional. Juntos habían compartido risas, sueños y silencios cargados de significado que fortalecieron aún más su conexión.
Cada mañana, cuando los primeros rayos del sol entraban a través de las ventanas del departamento, Ochako podía sentir la tranquilidad y la esperanza que Izuku le daba. Él era su refugio, su roca, y saber que siempre estaría allí con ella le había dado la fuerza para superar cualquier obstáculo. Los paseos por los jardines de I-Island, las conversaciones nocturnas bajo un cielo estrellado, y los abrazos reconfortantes habían sido su cura, más poderosos que cualquier medicina.
Hoy, Ochako se encontraba rodeada de sus amigas: Tsuyu, Mina, Hagakure, Jirou, Momo y Melissa. Habían decidido reunirse en una terraza soleada del complejo, donde las flores colgaban de los balcones cercanos y una suave brisa marina refrescaba el ambiente. Los rayos del sol iluminaban sus rostros, y el sonido de las risas llenaba el aire. Para Ochako, era un momento perfecto, uno que había anhelado durante tanto tiempo. Cada una de sus amigas tenía su propio brillo, su propia chispa que añadía algo especial al grupo.
Mina: ¡No puedo creer lo rápido que han pasado estos días! -exclamó Mina, sonriendo mientras tomaba un sorbo de su bebida refrescante- Siento que han pasado años desde la última vez que todas estuvimos juntas así.
Tsuyu, con su calma habitual, asintió.
Tsuyu: Sí, fue un tiempo necesario. Necesitábamos este descanso, especialmente después de todo lo que hemos pasado -Su mirada se dirigió a Ochako, y una sonrisa suave se formó en sus labios- Y me alegra ver que estás caminando tan bien, Ochako.
Ochako, con una sonrisa radiante que reflejaba tanto gratitud como alegría, asintió.
Ochako: Gracias, Tsuyu. Me siento mucho mejor. Estos días aquí han sido realmente buenos para mí -Su voz era firme, pero había un toque de emoción en ella, un eco de todo lo que había experimentado- Poder estar aquí, con ustedes y con... Izuku, ha significado más de lo que pueden imaginar.
Jirou, con su típico humor sarcástico pero amigable, levantó una ceja.
Kyoka: Oh, hemos notado lo cerca que han estado tú e Izuku. ¿Algo que debamos saber? -Su comentario provocó una ola de risas entre las chicas, y Ochako sintió cómo sus mejillas se ruborizaban ligeramente.
Ochako: No es eso... -comenzó Ochako, pero no pudo evitar sonreír- Es solo que... después de todo lo que ha pasado, poder tener tiempo para nosotros, sin prisas ni peligro, ha sido... especial. Me he dado cuenta de cuánto significan estas pequeñas cosas, esos momentos que a veces damos por sentado.
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My Hero Agency
FanfictionDespués de la guerra que sacudió la sociedad de héroes, Izuku Midoriya, conocido como Deku, ha perdido el One For All tras derrotar a All For One en una batalla épica. Sin embargo, su espíritu heroico sigue intacto. Con el apoyo inquebrantable de Oc...