My Hero Agency

Capitulo 9: Tragedia Heroica

Narrador.

Pasaron un par de horas desde el devastador ataque liderado por Mightless. La gala, que había comenzado como un evento de celebración y camaradería, ahora estaba marcada por el caos y la devastación. El ambiente que alguna vez fue festivo se había transformado en un escenario de incertidumbre y dolor.

Los héroes, ahora trabajando en conjunto con las fuerzas de seguridad de I-Island, habían logrado contener a la mayoría de los villanos que acompañaban a Mightless. Fueron arrestados uno a uno, incapaces de resistir después de la intensa batalla que había tenido lugar. Los villanos, aunque numerosos, eran de poca monta en comparación con la amenaza que representaba su líder. Sin embargo, el mayor de todos los problemas, el verdadero peligro, había logrado escapar.

Mientras los prisioneros eran llevados a instalaciones seguras, la noticia que nadie quería escuchar se confirmó: Ochako Uraraka, la heroína Uravity, había sido secuestrada por Mightless. La noticia se esparció rápidamente entre los héroes y el personal del evento, dejando un sabor amargo en la boca de todos los presentes. Era un golpe devastador, no solo por la pérdida de una compañera heroína, sino por lo que significaba para todos aquellos que conocían y querían a Ochako.

Izuku Midoriya, destrozado por la impotencia, no había pronunciado una palabra desde el secuestro. Sus compañeros de la ex-clase 1-A habían intentado acercarse a él, ofrecerle apoyo, pero el vacío en sus ojos era evidente. Estaba perdido en su propia desesperación, incapaz de procesar completamente lo que había sucedido. El héroe que una vez había sido un símbolo de esperanza y determinación ahora se encontraba de rodillas, consumido por un dolor que nadie más podía comprender.

Bakugou, Todoroki, Iida, y el resto de sus amigos compartían un sentimiento de rabia e impotencia. Habían luchado con todas sus fuerzas, pero no habían sido lo suficientemente rápidos o fuertes para evitar que Mightless se llevara a Ochako. Cada uno sentía una pesada carga sobre sus hombros, una mezcla de culpa y frustración que no se disipaba.

Mientras tanto, All Might y Melissa Shield trabajaban junto a otros héroes veteranos para coordinar la búsqueda de Mightless. Sabían que cada segundo contaba, y aunque estaban decididos a traer de vuelta a Ochako, la incertidumbre sobre su estado y la naturaleza del villano añadían una presión insoportable a la situación.

En esas horas que siguieron al ataque, la realidad del secuestro de Ochako se asentó en los corazones de todos. El evento que debía haber sido una celebración de la unidad y el progreso de los héroes se había convertido en un recordatorio cruel de la constante amenaza que enfrentaban. Pero para Izuku, este no era solo un recordatorio; era una pesadilla viviente, una prueba de que, a pesar de todo su poder y sacrificio, no había podido proteger a la persona que más amaba.

El dolor y la desesperación que sentía se mezclaban con una creciente determinación. Aunque su corazón estaba roto, una chispa de lucha permanecía encendida en su interior. Sabía que no podía rendirse. Ochako estaba en algún lugar, sola y en peligro, y él no descansaría hasta encontrarla y llevarla de vuelta.

En uno de los edificios más importantes de I-Island, una atmósfera de tensión palpable llenaba la sala de reuniones. Los miembros de la ex-clase 1-A se encontraban reunidos, acompañados por All Might y Melissa Shield. La sala, diseñada para encuentros de alto nivel, era moderna y funcional, con paredes de vidrio que permitían ver la vasta extensión de la isla tecnológica. Sin embargo, la impresionante vista no lograba disipar el peso de la preocupación que todos sentían.

Los rostros de los jóvenes héroes estaban marcados por la fatiga y la frustración. La intensa batalla había dejado huellas en sus cuerpos y almas, pero era la incertidumbre sobre el destino de Ochako lo que verdaderamente les desgarraba por dentro. Bakugou permanecía de pie, con los brazos cruzados y una expresión endurecida, sus ojos ardían con una mezcla de rabia e impotencia. Todoroki estaba más callado de lo habitual, su rostro frío reflejaba una profunda concentración. Iida se mantenía erguido, tratando de ser un pilar de fuerza para los demás, pero incluso él no podía ocultar la tensión que sentía. Cada uno de los ex-estudiantes, ahora héroes profesionales, compartía el mismo dolor y la misma determinación: traer de vuelta a su compañera.