Cap. 14 | Sábado: Mi primera chamba

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El suave brillo del amanecer se colaba por las cortinas de la habitación de Yuji Itadori, marcando el inicio de un nuevo día. Los primeros rayos de sol lo hicieron parpadear, aún medio adormilado mientras se estiraba perezosamente. Era sábado por la mañana, y la escuela de hechiceria se encontraba en un silencio rotundo.

Con un largo suspiro, Itadori se levantó, sus músculos todavía algo entumecidos por el sueño. Caminó hacia la ventana y la abrió, dejando que el aire fresco y húmedo de la mañana le golpeara el rostro, despejando cualquier rastro de somnolencia. Desde allí, observó el patio vacío de la Preparatoria Jujutsu, envuelto en la calma del amanecer. 

Los pasillos de la escuela, normalmente bulliciosos, permanecían en un silencio absoluto mientras Itadori caminaba, sus pasos resonando suavemente en el suelo de madera.

Al bajar las escaleras que llevaban al patio central, una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro. Sabía que hoy no sería un simple entrenamiento, era su primera misión oficial, y la expectativa lo hacía sentir más vivo que nunca.

Justo al cruzar la entrada del patio, un ruido familiar interrumpió su concentración. Frente a él, su sensei, Satoru Gojo, aparecía caminando despreocupadamente.

—Sensei, ¿a dónde va? —preguntó Itadori, notando la gran bolsa en el hombro de Gojo.

—Oh, Itadori, veo que te levantaste temprano... Esto no es nada, solo un pequeño viaje de negocios —respondió Gojo con su típica sonrisa despreocupada.

Itadori lo observó por un momento, notando algo que le llamó la atención. —Por cierto, sensei... ¿Por qué mi uniforme tiene esta pachuca roja? —preguntó, señalando el cuello de su uniforme—. Es diferente al suyo, ¿es algún tipo de error?

Gojo se detuvo y lo miró con una expresión burlona. —Ah, ¿eso? No, no es un error. En la escuela de Jujutsu, los estudiantes pueden personalizar sus uniformes si lo desean. Ya sabes, darle un "toque propio".

Itadori parpadeó, procesando lo que acababa de oír. —¿Tú decidiste esto?

—¡Por supuesto! ¿No me vas a decir que no te ves increíble con ese toque de color? —dijo Gojo con una risita.

—Ah... bueno, supongo que tiene sentido... —murmuró Itadori, aún un poco confundido.

—Y hablando de estilo... —Gojo retomó el tema con un aire despreocupado—. El viernes se reportó la aparición de una posible maldición de categoría especial. Algo sobre un objeto flotando sobre un recinto. Pero no te preocupes —añadió con un tono relajado—, les irá bien, solo es una maldición cualquiera.

—¿Una categoría especial? —preguntó Itadori, sin poder ocultar su incomodidad—, eso no suena a algo sencillo.

Itadori se detuvo en seco: —Espere un momento... —parpadeó, con una mezcla de incredulidad y confusión—. ¿Eso significa que no nos va a llevar a la misión?

Gojo lo miró con esa expresión que siempre hacía sentir a Itadori como si fuera un niño ante un adulto que lo sabía todo. —Qué inteligente que eres. Así es, debido a que estaré ocupado, no podré acompañarlos.

El rostro de Itadori se tensó ligeramente, levantando una ceja con incredulidad. Claramente, no estaba convencido. 

—Eso, no tienen ningún sentido...

Gojo, al ver la expresión incrédula de Itadori, sonrió aún más, claramente divirtiéndose. —Sí, sí, sé lo que estás pensando —dijo, inclinándose un poco hacia él—. "Gojo-sensei, ¿no es algo absurdo que el hechicero más fuerte no se encargue de las amenazas más peligrosas?" —Gojo  levantó las manos como si estuviera en medio de una actuación teatral.

Komi-san Can't Exorcise (Komi-san x Jujutsu Kaisen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora