Cap. 7 | Naturaleza detrás de los actos

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Después de llevar a Komi a su casa y separarse de Najimi durante el transcurso, Itadori y Komi caminaron en silencio. A medida que se acercaban a la casa de Komi, la joven, aún en la espalda de Itadori, comenzó a sentirse cada vez más avergonzada por la situación. Finalmente, a unas casas de su hogar, con las mejillas encendidas, Itadori rompió el silencio.

—Ha sido un día largo, ¿verdad? —dijo en voz alta, esperando aliviar la tensión.

Komi asintió ligeramente, sin saber cómo responder.

—Lamento que hayas visto lo de Maa-kun —continuó Itadori, con un tono serio—. Se lo merecía, pero entenderé si me tienes miedo.

Komi lo miró con comprensión, aunque sus pensamientos estaban revueltos. Por un lado, entendía que Itadori había actuado para proteger a Najimi, pero aún no sabía cómo procesar esa faceta de su personalidad. Sin embargo, la sinceridad en la voz de Itadori le hizo sentir un poco más tranquila.

A medida que se acercaban a la casa de Komi, ella comenzó a preocuparse por la posibilidad de que sus padres la vieran siendo cargada por Itadori, sintiendo la vergüenza propia de una adolescente ante una situación tan tierna. Con las mejillas aún más encendidas, hizo un suave gesto, tocando el hombro de Itadori para indicarle que quería bajar. Itadori, captando de inmediato su incomodidad, se agachó para permitirle que descendiera con cuidado.

Komi se bajó y, una vez en el suelo, se quedó quieta por un momento, sin saber cómo expresar su gratitud. Itadori, notando su vacilación, sonrió y dijo: —No te preocupes, Komi-san. Fue un placer traerte.

Komi asintió ligeramente, aún impresionada por la amabilidad de Itadori. Con un gesto de agradecimiento, levantó su mano y la movió en un pequeño saludo de despedida.

—Nos vemos mañana, Komi-san —dijo Itadori, mientras comenzaba a alejarse.

Una vez que Komi se internó en su casa, Itadori continuó su camino, ahora solo. Sacó su celular del bolsillo y revisó la hora. Al ver que se estaba haciendo tarde, se dio cuenta de que debía apresurarse para llegar a casa a tiempo. Lentamente aceleró el paso, sintiendo la urgencia del momento.

Mientras corría hacia su casa, envió un mensaje rápidamente. En la pantalla de su celular se podía leer: "Nos vemos en el hospital en una hora". Con el mensaje enviado, guardó el celular y aumentó la velocidad, el ritmo de sus pasos resonando en las calles tranquilas.

...

...

Al llegar a casa, Itadori apenas tuvo tiempo de cambiarse. Se apresuró a entrar, dejando sus cosas en el primer lugar que encontró. Con el tiempo corriendo en su contra, se vistió rápidamente con lo primero que encontró: un suéter cómodo y unos shorts. Sin perder más tiempo, salió de casa y emprendió su camino directo al hospital Sugisawa.

Mientras se dirigía al hospital, los pensamientos de Itadori estaban centrados en su compañera, Sasaki. La preocupación empezaba a llenar su mente mientras caminaba rápidamente por las calles iluminadas por las luces nocturnas.

El camino al hospital le resultaba inquietantemente familiar. Caminaba por las mismas calles que había recorrido innumerables veces cuando visitaba a su abuelo. Recordaba con claridad cómo solía detenerse en una pequeña tienda de conveniencia para comprar algún bocadillo o una bebida. 

Mientras cruzaba la intersección que lo llevaba directamente al hospital, notó cómo el tráfico había disminuido considerablemente. Las luces de los automóviles y el ruido de la ciudad comenzaban a desvanecerse, dejándole a solas con sus pensamientos y la creciente preocupación por sus compañeros. La caminata le parecía más larga de lo habitual, cada paso resonando en el pavimento mientras avanzaba hacia su destino.

Komi-san Can't Exorcise (Komi-san x Jujutsu Kaisen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora