Cap. 13 | Sábado: Una cita calurosa

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El día siguiente llegó rápidamente, y con él, la reunión que Tadano había organizado. Mientras se miraba en el espejo de su cuarto, se ajustaba la chaqueta ligera que había elegido para la ocasión. Llevaba unos jeans oscuros, una camisa blanca de botones, y una chaqueta azul marino, un equilibrio entre lo casual y lo formal.

—Demasiado formal... —murmuró, inseguro, mientras se peinaba ligeramente con los dedos.

Finalmente, decidió que estaba bien. Tomó una respiración profunda y salió de casa. Durante el trayecto en metro hacia la casa de Onemine, su mente estaba ocupada con dudas sobre cómo abordar el tema de la reunión. No quería sonar demasiado serio ni alarmante, especialmente al tratar temas tan extraños como maldiciones o hechicería. Sabía que si no era cuidadoso, podría asustarla antes de que lograra explicar lo que estaba ocurriendo.

Al llegar a la estación, ajustó su chaqueta, buscando mantener un tono casual y relajado. Necesitaba que Onemine confiara en él sin que sintiera que estaba en peligro.

La casa, rodeada por una pequeña vaya de piedra con un arbusto que seguía el contorno del costado, tenía un aire acogedor pero algo tradicional. Era una casa modesta, un poco vieja, con ese encanto típico de las construcciones japonesas de años anteriores. Aunque no era grande, emanaba una calidez que le dio a Tadano algo de confianza.

Después de un respiro profundo, golpeó suavemente la puerta de madera, que aún conservaba los detalles originales a pesar de su edad. A los pocos segundos, escuchó pasos apresurados acercándose desde el interior.

—Ya llegué —mandó Tadano como mensaje.

—Puedes pasar, solo deja tus zapatos en la entrada. —respondió Onemine rápidamente.

—Está bien. —Tadano deslizó la puerta de entrada, de esas típicas japonesas, y se quitó los zapatos. Aunque había sido invitado a pasar, no pudo evitar sentirse un poco nervioso al entrar a la casa.

—Buenos días, Onemine-san. Compermiso. —dijo Tadano, intentando sonar relajado, pero su voz llevaba un leve tono de inseguridad.

Un pequeño silencio se instaló en el aire, pero justo detrás de una pared, tres niños lo miraban con una curiosidad intensa.

—¿Y tú quién eres? —preguntó el mayor, frunciendo ligeramente el ceño.

—¿Y tú quién eres? —preguntó el mayor, frunciendo ligeramente el ceño

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—Soy... Hitohito Tadano, compañero de su hermana Onemine-san —respondió Tadano, tratando de sonar amable.

—¡Es su novio, vino a verla! —exclamó la segunda hermana con una sonrisa traviesa.

—¡Onemine, llegó tu hombre! —dijo el más pequeño, acercándose para darle a Tadano una palmada en la espalda, sorprendentemente fuerte para su tamaño—. ¡Apúrate, que no tenemos todo el día! —añadió con un tono que solo un niño usaría.

Los niños rodearon a Tadano, lanzándole preguntas una tras otra, mientras él se sentía cada vez más sonrojado y abrumado por la situación.

—¿Eres el primer novio de Onee-chan? —preguntó uno.

Komi-san Can't Exorcise (Komi-san x Jujutsu Kaisen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora