Cap. 9 | Más allá de la era Heian

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Al mediodía de un jueves, durante la primera semana, los pasillos se llenaban de estudiantes que se dirigían a sus lugares habituales para almorzar. El sol se filtraba por las ventanas, iluminando el suelo pulido y las paredes decoradas con carteles escolares. El ambiente era animado, con conversaciones y risas que resonaban mientras Yuji Itadori avanzaba con una sonrisa relajada, disfrutando del receso.

—Ayer hablé con Gojo-sensei, y mañana pasarán por mí para mi entrevista —comentó Itadori, estirándose.

—Espero que no sea él quien venga a buscarte... —respondió Tadano, con una mezcla de humor y preocupación.

—¿Por qué? ¿Qué tiene de malo? —preguntó Itadori, curioso.

—Digamos que Gojo-sensei tiene una manera muy... llamativa de hacer las cosas —dijo Tadano, esbozando una sonrisa tensa al recordar un incidente en su secundaria.

Recordó vívidamente aquel día cuando Gojo-sensei irrumpió en su aula de manera completamente inesperada. Era un día normal, en medio de un examen complicado, cuando de repente, la ventana se abrió de golpe y Gojo apareció con su habitual sonrisa despreocupada. Antes de que Tadano pudiera reaccionar, Gojo ya estaba a su lado.

Sin decir una palabra, lo levantó como si fuera un costal de papas y, en cuestión de segundos, salió por la misma ventana de la que había entrado, llevándose a Tadano a cuestas. La clase quedó paralizada, los bolígrafos se detuvieron en el aire, y lo único que alcanzaron a ver fue a Tadano desapareciendo por la ventana, con las piernas colgando y una expresión de absoluta incredulidad.

El aula, normalmente bulliciosa, quedó en silencio. Fue tan rápido y surrealista que muchos se preguntaron si lo que habían visto era real o una alucinación colectiva. Desde entonces, la historia se convirtió en leyenda entre sus compañeros como "el secuestro exprés de Tadano".

—Ah, ya veo... —dijo Itadori, conteniendo una risa al imaginar la escena.

Mientras hablaban, llegaron al final del pasillo principal, donde comenzaba una escalera de mármol que descendía hacia el primer piso. Con pasos tranquilos, empezaron a bajar las escaleras, con el sonido de sus pisadas resonando suavemente en el espacio.

Tadano se puso más serio mientras bajaban.

—Oye, Itadori, sensei me pidió que te hablara sobre algo que tenemos que hacer aquí en la escuela. Es una especie de misión.

—¿Misión? ¿Qué pasa? —Itadori lo miró, intrigado, mientras sus pies tocaban el último escalón.

—Parece que hay estudiantes en esta escuela que podrían ser hechiceros, pero ellos mismos no lo saben aún —explicó Tadano—. Si sus habilidades despiertan de repente, podrían atraer maldiciones o causar problemas. Así que necesitamos vigilar sin alarmar a nadie.

En el pasillo del primer piso, el par avanzó hacia la salida que daba al patio escolar. La luz del sol se intensificaba a medida que se acercaban a las puertas de vidrio que separaban el interior de la escuela del exterior.

Itadori asintió, captando la importancia del encargo.

—¿Y qué hacemos si encontramos a alguien? —preguntó Itadori, mientras abría la puerta que daba al patio.

—Lo principal es confirmar si tienen afinidad a la energía maldita—respondió Tadano—. Si es así, les podríamos comentar sobre la escuela de jujutsu. Pero nuestro trabajo es solo identificar y reportar. Gojo-sensei se encargará de lo demás. No dio muchos detalles, solo dijo que confiáramos en él.

Al salir al aire libre, el ambiente se sentía más ligero, aunque una brisa fresca les recordaba la seriedad de lo que discutían. Tadano esbozó una leve sonrisa, intentando aliviar la tensión.

Komi-san Can't Exorcise (Komi-san x Jujutsu Kaisen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora