Itadori llegó al portón de la Preparatoria Itan con su habitual sonrisa despreocupada, pero algo en su apariencia captó la atención de los estudiantes que pasaban a su alrededor. Además de su mochila escolar, llevaba una mochila extra que parecía más apropiada para un viaje de varios días que para un simple día de clases.
Algunos de sus compañeros lo miraban con curiosidad, mientras él caminaba con paso ligero hacia el edificio principal. Su mente, sin embargo, estaba dividida entre la emoción del fin de semana que se avecinaba y el inusual peso que cargaba en su espalda.
Al entrar al salón de clases, notó que las miradas se volvían más persistentes, especialmente la de Komi, quien lo observaba desde su asiento con esos ojos grandes y expresivos que parecían querer preguntar algo, pero se quedaban en silencio. Itadori le dirigió una sonrisa amistosa y se acercó a su pupitre, dejándose caer en su silla con un suspiro de alivio.
—¡Buenos días, Komi-san! —saludó Itadori con su energía habitual, inclinando un poco la cabeza en su dirección. Acto seguido, sacó su celular y comenzó a teclear con rapidez—. ¿Qué sucede? Te veo con algo raro en tus ojos.
Komi, sorprendida por la observación, sintió un ligero calor subir a sus mejillas. Con manos temblorosas, sacó su propio celular de su bolsa, y aunque intentó responder de inmediato, sus dedos parecían no coordinarse con las teclas. Se trababa una y otra vez, lo que solo aumentaba su nerviosismo.
Komi intentaba concentrarse en su celular, pero sus dedos temblorosos no cooperaban. Cada vez que trataba de presionar una letra, terminaba tocando el botón equivocado. La frustración comenzaba a acumularse en su pecho, y sus mejillas se enrojecían más con cada error. Intentaba mantenerse tranquila, pero era evidente que cada nuevo intento fallido solo aumentaba su ansiedad.
Resignada a sus errores al teclear, Komi finalmente decidió dejar de lado su celular y, con un suspiro, tomó su cuaderno.
Con letras cuidadas y un trazo firme, escribió: —Me compraron un teléfono.
Itadori leyó la nota y sus ojos se iluminaron con sorpresa. —¡¿De verdad?! —exclamó, notando que Komi sostenía un teléfono tipo flip, uno de esos modelos antiguos—. ¿Puedo verlo?
Komi, un poco tímida, asintió y le entregó su celular. Itadori lo tomó con cuidado, explorando las funciones básicas del dispositivo. Mientras lo manipulaba, una sonrisa juguetona se formó en su rostro.
—O sea que, hasta ahora, no habías tenido uno —dijo mientras revisaba las aplicaciones limitadas del teléfono—. ¿Quién te lo compró? Es un poco... de señor viejito.
Komi, sin perder tiempo, escribió rápidamente en su cuaderno: —Mi papá.
Itadori se detuvo y se rascó la cabeza, un poco avergonzado por su comentario. —Ah... ignora lo que dije, lo siento.
Komi, intentando aliviar la incomodidad, escribió con calma en su cuaderno: —No te preocupes.
Sin embargo, su mirada, que había sido algo relajada hasta ese momento, se tornó un poco más tensa mientras se dirigía a Itadori. —Hasta ahora no había necesitado uno. Pero, ahora necesito uno, ya que gracias a ti, hice muchos amigos.
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Komi-san Can't Exorcise (Komi-san x Jujutsu Kaisen)
FanfictionCuando la fusión de dos historias destinadas a no cruzarse surge de la aleatoriedad, se unen para emprender un viaje único y extraordinario. Yuji Itadori, un adolescente de 15 años, es admitido en la preparatoria Itan, una institución que acoge a es...