El tic-tac del reloj de manecillas de la escuela resonaba en la quietud de la noche, como si fuera el único objeto con vida en el edificio. La oscuridad envolvía los pasillos y las aulas, creando una atmósfera densa y opresiva. Cada sonido se amplificaba en el silencio, y cada sombra se movía de manera inquietante, como si ocultara secretos oscuros.
Sasaki, quien había huido despavorida tras ver cómo aquella cosa del techo destrozaba el salón, se escondió detrás de una pared, sentada casi en posición fetal. Sus manos temblorosas cubrían su boca y sus ojos, llenos de lágrimas, estaban a punto de desbordarse. Respiraba con dificultad, cada inhalación era un jadeo desesperado, resonando en la opresiva oscuridad.
—¿Qué hora es?
Maldiciones amorfas y grotescas, con cuerpos retorcidos y desfigurados, surgían de la oscuridad. Algunas tenían extremidades alargadas y dedos como garras, mientras que otras mostraban múltiples bocas y ojos dispersos caóticamente por sus cuerpos, emanando una sensación de terror indescriptible. La atmósfera se volvía cada vez más densa y opresiva con su presencia.
Sasaki pensó: —La manecilla está en las 11, pero si eran las 8 hace un momento... ¿Qué son esas cosas?
Justo cuando estaba a punto de moverse, una voz familiar la llamó desde la penumbra.
—Sasaki...
Su corazón dio un vuelco. En medio de la desesperación, una chispa de esperanza brotó en su pecho.
—¿Iguchi? ¡Menos mal! —exclamó, su rostro palideciendo ante lo que veía—. ¿Dónde estabas...?
—Ayúdame... —respondió Iguchi. Una pequeña maldición, con varios ojos parpadeantes y cuerpos bulbosos, se aferraba a la parte superior de su rostro como un gorro grotesco, carcomiendo su carne lentamente.
Antes de que pudiera reaccionar, una de esas cosas emergió de las sombras detrás de ella. Extendiendo una mano grotesca y deformada, la criatura le agarró el rostro con una fuerza implacable. Sus dedos alargados y fríos se cerraron sobre su piel, provocándole un dolor punzante. Sasaki intentó gritar, pero el agarre de la criatura ahogó su voz. Su último sonido fue un grito sofocado, un eco de desesperación que se perdió en la oscuridad opresiva de la noche.
...
Desde la perspectiva de Tadano y Fushiguro, ambos corrían apresurados hacia el origen del grito ahogado que habían escuchado. La angustia y la adrenalina los impulsaban, cada paso resonaba en los vacíos y oscuros pasillos de la escuela.
—¡La maldición se liberó! —exclamó Tadano.
Al entrar a la instalación, se encontraron con una atmósfera cargada y opresiva. La oscuridad parecía más densa, casi tangible, y cada sombra parecía esconder peligros indescriptibles.
—No tengo idea de qué categoría será, así que cada vez que uno tenga la oportunidad de debilitarlo, el otro deberá exorcizarlo.
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Komi-san Can't Exorcise (Komi-san x Jujutsu Kaisen)
FanficCuando la fusión de dos historias destinadas a no cruzarse surge de la aleatoriedad, se unen para emprender un viaje único y extraordinario. Yuji Itadori, un adolescente de 15 años, es admitido en la preparatoria Itan, una institución que acoge a es...