Cap. 4 | No puedo abandonarla...

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En la negrura de la noche, Sukuna, finalmente liberado de sus ataduras, reía macabramente, extasiado por su libertad recién adquirida. A pesar de estar gravemente heridos, Tadano y Fushiguro se prepararon, sus rostros mostrando una mezcla de horror y determinación.

De repente, un movimiento inconsciente interrumpió la escena. Una mano del cuerpo poseído se movió por su cuenta, agarrando la barbilla de Sukuna para calmarlo. Confundido, Sukuna frunció el ceño, consciente de que no había hecho ese movimiento.

—¿Qué haces con mi cuerpo? Devuélvemelo —demandó la voz de Itadori, resonando con firmeza.

Parecía como si dos personalidades estuvieran dialogando dentro del mismo cuerpo.

—¿Cómo puedes moverte? —inquirió Sukuna, desconcertado.

—Es mi cuerpo, ¿no?

—¿Me está conteniendo? —se preguntó Sukuna en voz alta, empezando a comprender la situación.

La tensión en el aire era palpable, mientras los personajes se enfrentaban a una lucha tanto interna como externa. En posiciones defensivas, Tadano y Fushiguro se prepararon, listos para lo peor.

—No te lo lleves. Ya no eres humano —exclamó Fushiguro, comenzando un ritual de invocación mientras extendía sus manos, una frente a la otra.

—Yuuji Itadori, conforme a las normas de Jujutsu, ¡serás exorcizado como una Maldición!

Fushiguro, desesperado, interrumpió: —Con este tesoro sagrado...

—¡Cálmate un momento, no todo se resuelve usando eso! —respondió Tadano, intentando razonar.

Sukuna giró la cabeza para mirar al par con una expresión de incredulidad y burla, como si no entendiera qué les pasaba a estos dos

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Sukuna giró la cabeza para mirar al par con una expresión de incredulidad y burla, como si no entendiera qué les pasaba a estos dos. Sus cejas se arquearon y una sonrisa torcida se formó en sus labios, reflejando tanto su confusión como su diversión ante la situación.

...

...

La tensión era palpable en el aire. Fushiguro apretaba los dientes con fuerza, mientras una gota de sudor descendía desde la frente de Tadano, mezclándose con la sangre de sus heridas. De pronto, la voz de Itadori resonó nuevamente.

—¡Espera! ¡Ya estoy bien! —exclamó, levantando lentamente sus brazos. Las marcas de Sukuna comenzaron a desvanecerse—. Además, miren cómo estamos. No será buena idea que peleen contra eso. Deberíamos ir a un hospital.

Fushiguro, inmerso en el terror, pensó para sí mismo que podría ser un engaño por parte del objeto maldito para bajar la guardia. Sin embargo, Tadano, leyendo el ambiente, entendió lo que estaba por hacer su compañero, por lo que lo tranquilizó colocando una mano sobre su hombro.

Komi-san Can't Exorcise (Komi-san x Jujutsu Kaisen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora