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El sol comenzaba a desaparecer tras el horizonte, la brisa fresca de la tarde traía consigo el aroma de flores silvestres y hierbas secas, mezclado con el eco lejano de las oraciones vespertinas. Daynet se permitió dar un breve paseo solitario por el sendero que bordeaba el bosque cercano. Era una costumbre que disfrutaba, sin embargo, hoy había algo en el aire, una tensión que parecía vibrar.

La chica se adentró al bosque ignorando esa sensación, sin la sospecha de que está noche cambiaría su vida.

De pronto el silencio se hizo más profundo, Daynet se detuvo aún con ese amargo sabor. La luz de la luna se filtró sobre las ramas del árbol donde apareció una figura, siendo más específicos un hombre de porte elegante que llevaba consigo un abrigo oscuro, sus ojos brillaban bajo la luz de la luna.

─ Buenas noches señorita ─ su voz en un susurro resonó como una melodía hipnótica.

Daynet sintió un escalofrío recorrer por su espalda pero al mismo tiempo no pudo apartar la vista hacia el desconocido. Trató de responder pero las palabras no salían, miró a su alrededor buscando una respuesta ante la presencia de este extraño en el bosque, pero no la halló.

─ ¿Quién es usted? ─ preguntó con firmeza, a pesar del miedo.

El hombre sonrió y dio un paso más hacia Daynet sintiendo como el aire de su alrededor se volvía más pesado.

─ Soy alguien que ha esperado conocerte.

El temor y la fascinación se mezclaron en el cuerpo de Daynet mientras el hombre se acercaba más. Sus ojos eran oscuros azabache e hizo contacto visual con él, en ese instante sintió una conexión.

La seducción y el misterio emanaban del sujeto, una parte deseaba alejarse y la otra luchaba por alejarse.

De repente, un sonido en la distancia interrumpió el momento: un aullido lejano de lobo, que hizo que Daynet diera un salto del susto, el hombre la observó por última vez y antes de que la chica pudiera procesar lo que sucedía se desvaneció entre la oscuridad dejándola con el corazón latiendo con fuerza.

Se dio la vuelta yendo de nuevo a su casa.

Esa noche, Daynet se lanzó sobre su cama intentando comprender. ¿Cómo lo explicaba?

La imagen del extraño seguía viva en su mente, adueñándose de sus pensamientos, intentó convencerse de que había sido un sueño, en el fondo sentía una extraña sensación.

La fé que había guiado su vida ahora se veía amenazada por una seducción oscura y misteriosa, una que la seguiría persiguiendo en cada paso que diera hacia lo desconocido.

Bajo La Luna|Park Sunghoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora