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El jardín, iluminado solo por la luna llena, parecía un escenario sacado de un sueño inquietante. Daynet, a pesar de su reciente descubrimiento en la iglesia, se sentía abrumada por la atmósfera seductora y el encanto irresistible de Sunghoon.

Después de la cena, Sunghoon la condujo al jardín, decorado con luces que enredaban en las ramas de los árboles. Daynet, aunque consciente de la advertencia del libro, no pudo evitar sentirse cautivada por la atención constante.

─ Daynet ─ habló ─ quiero que te sientas especial esta noche. A veces, las preocupaciones pueden oscurecer nuestro corazón. Permíteme ser la luz que ilumine tu camino.

─ He estado pensando mucho últimamente. Las advertencias que he escuchado me inquietan.

─ ¿Advertencias? ─ la miró preocupado ─ ¿qué pueden saber los demás sobre lo que es mejor para ti? Mi único deseo es protegerte y ofrecerte lo que necesitas. No permitas que las palabras de otros te alejen de mi compañía.

La cercanía de él, su mirada intensa y sus palabras llenas de cariño parecían tener un efecto hipnótico sobre ella. A pesar de las advertencias del libro y sus propias dudas, la promesa de protección y amor ofrecida por Sunghoon parecía ser una verdad incuestionable.

─ Confía en mí, Daynet ─ continuó él, tomando sus manos con una suavidad ─ todo lo que hago es para tu bien. Cada gesto, cada palabra, está destinado a hacerte sentir segura y amada. Permíteme ser la luz en tu vida, la calma en tus tormentas.

Se sentía cada vez más atrapada en el hechizo del vampiro. Sus preocupaciones, que antes parecían tan reales y urgentes, se desvanecían ante el toque y la sinceridad que él proyectaba.

─ Solo quiere estar a salvo y no sentirme sola.

Sunghoon, con una habilidad maestra para manipular sus emociones, la atrajo hacia un abrazo que combinaba calidez y dominio.

─ Nunca estarás sola, Daynet. Estoy aquí para cuidarte y protegerte. Mi amor por ti es incondicional.

Mientras el abrazo de Sunghoon envolvía a Daynet, ella comenzó a olvidar las advertencias que había leído en el libro. La sensación de seguridad que él le ofrecía parecía reemplazar cualquier duda que había tenido. La noche se volvió un juego de seducción, con Sunghoon usando su encanto para cubrir la verdad oculta detrás de su fachada.

Nadie sabía que se conocían, ni que su relación iba más allá de lo aparente, en su casa todos creían que la chica era simplemente una invitada a una cena de cortesía.

Bajo la luz de la luna, Sunghoon observó con una satisfacción fría. Su habilidad para manipular a Daynet, envolviéndola en una falsa sensación de seguridad, había sido exitosa. La joven, inmersa en la ilusión de amor y protección, empezaba a olvidar las advertencias y la verdad oculta detrás de la apariencia.

Bajo La Luna|Park Sunghoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora