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Daynet se encontraba sentada en un banco, inmersa en sus pensamientos.

Desde una esquina del parque, Sunghoon observaba con su característica sonrisa enigmática. Su presencia era un contraste encantador con la oscuridad; sus ojos brillaban con un matiz travieso y un toque de misterio. Decidió que era el momento perfecto para hacer su entrada.

─ ¡Ah, Daynet! ─ exclamó con entusiasmo ─ qué suerte la mía encontrar a la persona más fascinante del parque en este momento.

Daynet levantó la vista, sorprendida al ver a Sunghoon acercarse. Él tenía una manera de iluminar el entorno con su presencia, y su actitud despreocupada siempre lograba atraer la atención.

─ Sunghoon ─ sonrió ─ no esperaba encontrarte aquí está noche.

Sunghoon se inclinó ligeramente, como si estuviera realizando una reverencia ante su reina. Su estilo era coqueto y magnético, un toque de teatralidad que Daynet encontraba encantador.

─ Yo tampoco esperaba encontrar una visión tan encantadora como tú ─ dijo tomando su mano con delicadeza ─  pero la suerte, mi querida Daynet, parece estar de mi lado esta noche.

El contacto de su mano era cálido y agradable, y Sunghoon lo sostuvo un momento más de lo necesario, como si estuviera buscando un vínculo más profundo. Daynet sintió un leve rubor en sus mejillas, era una acción tan íntima.

─ ¿Qué te trae por aquí?

─ La misma suerte me trajo aquí, y por supuesto, el deseo de pasar una velada encantadora con la persona que ilumina mi mundo ─ esbozó una sonrisa ladina.

Daynet rió suavemente, acostumbrada a la manera exagerada de Sunghoon de expresar sus sentimientos. Sin embargo, había algo en su encanto que siempre la hacía cuestionar si había más detrás de sus palabras.

─ Siempre sabes cómo hacer que una noche sea especial ─ comentó ella, sintiéndose halagada pero también intrigada por la manera en que él siempre lograba darle un giro a las cosas.

Sunghoon se acercó un poco más, su mirada fija en los ojos de Daynet con una intensidad que parecía desarmarla.

─ Te gustaría acompañarme a un lugar donde la magia de la noche se convierte en algo tangible? ─ preguntó repentinamente ─ tengo en mente un pequeño rincón del mundo que creo que disfrutarías.

Daynet lo miró, sorprendida por la propuesta.

─ ¿Y qué lugar es ese? ─ preguntó, sintiendo una mezcla de excitación y cautela.

─ Es un secreto ─ dijo Lucien, con un guiño ─ pero confía en mí, será una experiencia que no olvidarás.

La forma en que hablaba, con su mezcla de coquetería y misterio, hizo que se sintiera intrigada. Había algo en su actitud que era imposible de resistir, y su forma de manipular la situación con tanto encanto la atraía inevitablemente.

─ Está bien.

Sunghoon sonrió con satisfacción, claramente complacido con su éxito. Tomó su brazo con un gesto de caballero, guiándola a través del parque.

─ Te prometo que esta noche será inolvidable.

Cada encuentro con él era una nueva aventura.

Bajo La Luna|Park Sunghoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora