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Una noche, mientras la comunidad se reunía para una celebración especial, Sunghoon se encontraba entre los asistentes, observando desde una esquina oscura. Su mirada era de completa satisfacción mientras veía a Daynet interactuar con otros, su confianza en él evidentemente aumentada.

─ Pronto, mi querida Daynet ─ pensó ─ todo lo que has creído y valorado se desmoronará. No solo te he ganado, sino que he demostrado mi superioridad sobre todo lo que considerabas sagrado.

Al final de la noche, mientras el bullicio de la celebración disminuía, Sunghoon se retiró a su lugar de refugio. Se permitió un momento para reflexionar sobre el éxito de su plan y la astucia que había demostrado.

─ Es casi irónico ─murmuró ─ que la fe que intenté destruir me haya proporcionado una victoria tan dulce. Todo ha sido un juego de astucia y paciencia, y ahora, el momento de la verdad está a la vuelta de la esquina.

Con una sonrisa de triunfo, Sunghoon se preparó para la siguiente fase de su plan. Sabía que el momento de confrontación se acercaba, y que el golpe final sería el más devastador. Mientras el sol se levantaba, el futuro de Daynet y su pureza estaba en la cuerda floja, y Sunghoon estaba dispuesto a asegurarse de que su victoria fuera total y humillante.

Daynet, aunque todavía atormentada por sus dudas y preocupaciones, encontraba difícil resistir la creciente influencia de Sunghoon. El vampiro había intensificado su seducción, y Daynet comenzaba a tambalear entre la atracción y la desesperación.





 El vampiro había intensificado su seducción, y Daynet comenzaba a tambalear entre la atracción y la desesperación

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─ Daynet, ¿tienes un momento para mí? ─ preguntó.

Aceptó su invitación, le agradaba la idea de una caminata bajo el atardecer con Sunghoon.

─ ¿A dónde me llevas?

Mientras caminaban, el sol comenzaba a ocultarse, creando un ambiente cálido, el chico  comenzó a hablar de manera más personal.

─ Sabes, a veces, me pregunto si el destino tiene un sentido del humor. Después de todo lo que he atravesado, aquí estoy, caminando con alguien que ha traído una luz inesperada a mi vida.

─ ¿No estás cansado de todo esto, de la oscuridad en la que has estado?

Sunghoon se detuvo y la miró con una intensidad que la hizo estremecerse.

─ La oscuridad es un lugar solitario. Pero a veces, en medio de esa soledad, encontramos algo que nos da esperanza. Algo como lo que encuentro en ti.

La chica no sabía que decir al respecto, sus pensamientos no eran concretos y aquel chico la había dejado sin palabras.

─ Daynet ─dijo con un tono suave ─ desde que llegué a este lugar, he estado buscando algo que ni siquiera sabía que necesitaba. Tu fe y tu pureza parecen ser todo lo que mi existencia ha estado buscando en medio de la oscuridad.

─ A veces me pregunto si lo que siento es real o solo una ilusión  ─ admitió ─ tu compañía es reconfortante, pero temo que pueda estar cayendo en una trampa.

─ No tienes que temerme, Daynet ─ dijo ─ todo lo que te ofrezco es sinceridad. Estoy aquí porque creo en lo que tenemos.

Bajo La Luna|Park Sunghoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora