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El bullicio y la alegría de la celebración de los 17 años de Daynet llenaban el aire. La sala principal, decorada con guirnaldas de flores y cintas de seda, reflejaba un ambiente festivo y acogedor.

Daynet llevaba un hermoso vestido verde de terciopelo y su cabello recogido en una coleta con un lazo blanco, sonreía mientras recibía los regalos de su familia.

─ ¡Feliz cumpleaños querida Daynet! ─ dijo Alice, su prima abrazándola por los hombros.

Agradeció el gesto con una sonrisa y un cálido abrazo. A medida que la noche avanzaba y la mayoría de los invitados se retiraban, notó un obsequio que no había sido presentado. Era una caja pequeña, cubierta con un fino paño de terciopelo negro, colocada discretamente en una mesa.

─ ¿De quién será? ─ murmuró tomándolo.

La tarjeta que acompañaba el regalo llevaba una elegante caligrafía que decía: “Para la luz que ilumina mi existencia eterna”. Daynet reconoció la escritura inmediatamente. Era de Sunghoon. Abrió el paquete, revelando un colgante de plata con un cristal oscuro y profundo. El objeto parecía captar y reflejar la escasa luz de la habitación.

─ Es muy hermoso ─ murmuró, mientras se colgaba el collar al rededor de su cuello.

Su tía, observando desde un rincón con una expresión seria, se acercó cuando la sala quedó en calma. Ella era conocida en el pueblo por sus conocimientos en el arte ancestral de la sanación y la percepción espiritual, algo que muchos consideraban más allá de lo ordinario.

─ Daynet ven, hablemos ─ dijo en voz baja, mirando a los lados asegurándose de que nadie los escuchara, pero sus ojos pasaron al colgante lo cual solo lo miró.

La chica notó la seriedad en el rostro de su tía y la siguió a un rincón apartado del salón.

─ ¿Qué sucede, tía? ─ preguntó sintiendo un creciente malestar.

Su tía cerró los ojos por un momento, como si estuviera concentrando sus energías. Cuando los abrió, sus ojos reflejaban una preocupación profunda.

─ Desde que te colocaste ese colgante, he sentido una presencia oscura a tu alrededor. Hay algo en el ambiente que no es natural ─ miró a su sobrina con preocupación ─ no sabemos nada de tu vida privada pero mis visiones dicen que algo no está bien.

Daynet sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Aunque había mantenido el secreto de Sunghoon, las palabras de su tía la perturbaban.

─ ¿Cómo es posible?

─ Los secretos tienen una forma de manifestarse ─ explicó ─ aunque su existencia es desconocida para los demás, las energías que él atrae pueden influir en el ambiente que te rodea. El peligro es real.

─ Gracias por advertirme ─ murmuró.

Bajo La Luna|Park Sunghoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora