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Daynet, habiendo estado bajo el influjo de Sunghoon durante semanas, sentía que la línea entre la realidad y la ilusión se había desvanecido. Su devoción hacia él se había profundizado, y la promesa de protección y amor eterno que él le ofrecía parecía ser la única verdad en su vida.

Esa noche, después de una conversación particularmente emotiva, Sunghoon había invitado a Daynet a un lugar especial. La atmosfera estaba cargada de una intensidad, y el ambiente romántico y apartado era perfecto para lo que él había planeado.

Sunghoon la condujo a una terraza iluminada por faroles, donde había preparado un pequeño espacio con cojines y velas. El lugar estaba diseñado para parecer un santuario privado. Daynet atrapada en la ilusión de un amor perfecto, se sintió atraída hacia el ambiente cálido y acogedor que él había creado.

─ Quiero que te sientas completamente en paz esta noche. Todo lo que he hecho, todo lo que he dicho, ha sido para asegurarte que te sientas amada y protegida ─ dijo Sunghoon con voz suave.

─ He sentido tu amor y cuidado en cada momento. No puedo imaginar mi vida sin ti.

Sunghoon, con una mirada de triunfo oculta tras su fachada de ternura, la tomó de la mano y la guió hacia el centro del espacio decorado.

─ Hay algo que quiero compartir contigo, algo que simboliza nuestra unión eterna. Pero para ello, necesito que confíes en mí completamente.

Daynet asintió, sus ojos reflejando una mezcla de devoción y entrega.

─ Confío en ti plenamente.

─ Esta noche, quiero que te entregues a mí en cuerpo y alma. Quiero que seas parte de algo eterno, algo que va más allá de las limitaciones del tiempo y el espacio.

Mientras hablaba, la expresión de Daynet se suavizaba, sus dudas desapareciendo bajo la influencia de las palabras y el magnetismo de Sunghoon.

─ ¿Cómo puedo hacerlo?

Sunghoon la miró fijamente, su sonrisa revelando una mezcla de satisfacción y deseo.

─ Déjame mostrarte. Entrega todo lo que eres, todo lo que sientes, y serás parte de algo más grande, algo que te ofrecerá una eternidad de amor y seguridad.

Daynet, se acercó a él permitiendo que sus labios se encontraran en un beso lleno de pasión y anhelo. La conexión entre ellos era intensa, y el abrazo de Sunghoon se sintió como una fusión de almas.

El acto de entrega fue un ritual de intimidad y promesa. Daynet se entregó plenamente a Sunghoon. En alma y cuerpo se unieron en un acto que parecía sellar su destino de forma irrevocable. El vampiro, con una maestría calculada, guió a Daynet a través del proceso de la entrega, asegurándose de que cada momento se sintiera como una culminación perfecta de su manipulación.

La entrega de Daynet no solo completaba el objetivo de Sunghoon, sino que también sellaba su destino como parte de su oscuro mundo.

Cuando el amanecer comenzó a asomar en el horizonte, el jardín estaba en silencio. Sunghoon la observaba con una satisfacción fría, sabiendo que había logrado su objetivo. La entrega final de Daynet había asegurado su control total sobre ella.

Bajo La Luna|Park Sunghoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora