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Hobart se preguntaba como podría tener el corazón de Miles para él. Si, el chiquillo ya le ofrecía tanta atención posible y le brillaban los ojitos cada que lo veía, pero no tenía confirmado que sus sentimientos fueran correspondidos, incluso si bromeaba con el Morales de forma romántica sabia de sobras que varias personas lo hacían sin necesidad de tener sentimientos por el otro. Pero Hobie los tenia, anhelaba a Miles y eso le ponía el mundo girando constantemente, diría que de cabeza, pero el mundo de Hobart ya estaba de cabeza desde que tiene memoria.
— La verdad no me da la gana decírselo a Gwen. —Admitió, con Zarina alzando una de sus cejas mientras dejaba de tocar, poniendo su atención en las curiosas palabras de Hobie, como si estuviera confesando sus pecados a ella.— Ella estuvo con Miles, y aunque ya haya pasado, me molesta pensar que puede seguir sintiéndose igual alrededor de él.
— Así que... Estás celoso, y eso.
Hobart pareció meditarlo un momento, más bien, ya sabia la respuesta, pero debatía si lo confesaba o se guardaba ese pequeño detalle solo para él. Vaya, el gran punk que incluso no le importaba en el pasado abrir sus relaciones, ahora celoso por culpa de su enamoramiento hacia un chiquillo de preparatoria, en específico, un niño de casa. Hobie nunca había salido con alguien como Morales, Zarina lo sabía. La mayoría de novias de Hobart —Por no decir que el cien por ciento— habían sido del mismo ambiente que Brown.
Punks, irresponsables, etcétera, etcétera.
Por eso no le cabía en la cabeza a su amigo yendo detrás de un chico tranquilo.
¿Y si Hobart quería arrastrarlo al pecado?
— Meh, tal vez. —Habló sin entusiasmo, como si fuera cualquier cosa. Pero quería ocultar que en realidad, muy en lo profundo, admitía que si estaba celoso.— Ya sabes, ellos fueron novios, se besaron y todo, no sé, imagínate querer meterte con alguien sabiendo que ya tu mejor amiga salió con él.
— Sabes que a Gwen no le importan esas cosas, ella solo quiere ayudar. —Rodó los ojos, casi como si hubiera sido la milésima vez que le había dicho aquello. ¡Ay, esperen! Si era la milésima vez que trataba de convencerlo de aquello.
— I know... —Chasqueó la lengua, cerrando los ojos y recargando su cabeza en la pared, tratando de relajarse mientras pensaba aún en Miles.— Y a mi tampoco, pero me da cosa ver a Miles y acordarme que ellos ya tuvieron historia.
Suspiró, tratando de buscar la forma de hacer entender a su amigo.
— Mira, Hobie. Gwen no busca nada más que ayudarte, ella ya conoció a la familia de Miles, así que sabe cómo son, lo que les agrada y lo que no. —Aclaró, comenzando a guardar sus cosas, se habían quedado solos después de que Gwen recordará que tenía tarea.— También sabe como es Miles, lo que le gusta hacer y lo que no, como le gusta estar, y como le gusta ser tratado, si quieres saber esas cosas por tu cuenta lo entenderemos, pero Gwen solo te esta facilitando las cosas, créeme cuando digo que ninguna de tus alucinaciones se acerca a la realidad.
