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Caliente. Hobart no podía evitar pensar en su pequeño amigo Miles mientras los rayos del sol caian sobre su cuerpo, tendido bajo un arbol con pocas hojas, causa del baño de luz que recibía. Un árbol viejo. Si podia ser sincero, admitia que extrañaba al menor, no había podido hacer planes con Morales, o era por su colegio, su familia, Miguel, o cualquier otra prioridad. Hobart le había preguntado, si quería ir a comer, si quería ver una de las nuevas películas de acción en el cine, si esto, y el otro. Pero Miles no podía.
También Morales se entristecía, pero también era importante pasar tiempo con su hermano, la familia estaba reunida.
La tranquilidad de Hobie fue perturbada cuando un rostro conocido lo miraba desde arriba, haciéndolo suspirar.
- ¡Hermano! -Reilly, aquel saludo había sido tan animado que el fastidio de Hobart aumentó más, ese chico venía a molestarlo. No entendía porque se encontraba tan irritable en esos días, y tampoco se lo preguntaba a si mismo.- ¿Y ese suspiro? -El otro se sentó a lado suyo, Brown no se inmutó, no se levanto y siguió mirando las hojas del árbol. Tenían un leve color castaño, casi dorado, como los ojos de Miles.- Has estado viniendo a la universidad, ¿Te pasa algo?
Contrario a lo que normalmente se dice, cuando Hobart estaba raro asistía a clases más seguido, cosa que para Reilly, era gracioso. Cualquier persona en el estado de Hobart dejaría de ir a clases, pero ese chico estaba patas arriba y hacía todo al revés.
- Nah, solo, no tengo nada que hacer. -Respondió, cerrando los ojos mientras se relajaba.
El hermano de Miles se miraba casi de los suyos, aquella vez se habia sorprendido y los había confundido por completo, Morales nunca le había mencionado que tenía un hermano.
- Oye, Hobie, ¿No quieres que te presente a una chica?
Las trenzas de aquel clon le habían hecho pensar que Miles se vería bien con el cabello un poco más largo, ambos tenían las mismas facciones y era como ver a su girasol de una forma más rebelde. Pero el menor siempre vestía de forma tranquila, traía calma consigo y a Hobart eso le agradaba. Era como si una roca y una flor estuvieran juntos en un mismo lugar.
- Últimamente no te veo con ánimos y tal vez eso pueda ayudarte, ya sabes. -Escuchó la risa de su compañero, más no las palabras.
Ah. ¿Por qué quería ver tanto a Miles?
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