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Come And Get Your Love - Redbone

- ¿Cómo va la escuela? -Pregunto interesado, tomando una cucharada de un pequeño pastel que había pedido, en honor a Miles

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- ¿Cómo va la escuela? -Pregunto interesado, tomando una cucharada de un pequeño pastel que había pedido, en honor a Miles. Había dicho que no era experto en postres, Morales por supuesto que al encantarle comer, opino sobre sus favoritos. Probaría cada una de las cosas de las que habló Miles, pero si lo hiciera su estómago no soportaría.

- Bien, ha estado bien. -Respondió rápido, antes de darle un sorbo a su bebida.- El señor O'hara se tomó vacaciones del laboratorio, ¿Tú estas bien, Hobie?

Quiso disimular la pregunta, aún recordaba las palabras de Miguel durante su despedida el día que le aviso que volviera hasta la próxima semana.

- Perfectamente. -Hobart estaba más que bien. Desde que se había dado cuenta que le gustaba aquel chiquillo su mundo se veía mucho mas colorido, y a pesar de su propio desastre encontraba la calma al pensar en Miles.- Me hace feliz que pienses en mi.

Dijo aquello en voz alta por accidente, mirando fijamente al joven que lo acompañaba ahogarse con la comida, haciéndolo reaccionar, dando palmaditas en la espalda de Miles.

- Estoy bien, estoy bien. -La situación no fluye tanto, pero tampoco se estanca, las mejillas coloreadas de Morales eran una señal de lo avergonzado que se sentía, pero pese a eso, no sentía incomodidad estando ahí, recibiendo ese tipo de palabras por parte suya.

Aún así el corazón de Miles de descolocaba, no porque le desagradara oír lo que le decía Hobart, incluso si fueran palabras sin doble intención o en broma, no es que no lo quisiera, si no que no quería darse falsas ilusiones o buscar señales de un amor correspondido donde no las había. A veces se sentía fuera de lugar, no era por el hecho de que a veces tenia problemas siguiéndole el ritmo a Hobie, aquello era completamente normal ya que era mayor que él y probablemente tenia otras cosas en la mente. Se sentía fuera de lugar por sus propios pensamientos. A veces se preguntaba si lo que sentía era malo.

¿Podía sentir un amor real por parte de Hobie? ¿Tan siquiera tenia la oportunidad? Era un hombre increíble, de seguro no se tomaría la molestia de detener su paso solo por alguien de su edad y con su forma de ser y de vivir. Miles no podía darle tanta diversión, Miles era un chico normal, era casual, tranquilo y aunque hiciera chistes de vez en cuando, no se consideraba tan divertido. Se preguntaba si cometía un error al querer ser abrazado, consolado, escuchado, y mimado por alguien como Brown.

- ...ito. -No escuchó por completo el llamado, simplemente aquello ultimo que no pudo conectarlo con alguna otra palabra, parpadeo y sacudió su cabeza levemente.- ¿En qué estas pensando?

Hobie lo rodeaba con uno de sus brazos. Si, a eso se refiere, puede sentir su corazón debilitarse con cada toque del mayor. No puede hacer nada más que ver con ojos soñadores a aquel punk.

Quisiera admitir que pensaba en él, poder decirle que quien inundaba toda su cabeza, no era nada más y nada menos que él.

Quisiera admitir que pensaba en él, poder decirle que quien inundaba toda su cabeza, no era nada más y nada menos que él

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Bonito. Para Hobie Brown no había ser mas bonito que Miles, para Hobie Brown, no había imagen más linda que el Morales frente suyo, siendo iluminado por la luz de aquel pequeño pasillo entre departamentos, incluso si le deprimía el hecho de que se despedían.

— Hobie, voy a entrar.

Las palabras de Miles eran suaves, casi como gotas de caramelo se derramaran en su boca al hablarle, casi como si le tuviera tanto cariño.

Acercó su rostro al del otro, encorvándose un poco, ya que era más alto que él.

Fue ahí que se quedo mirándolo.

Los ojos que parpadearon un par de veces como si quisieran asimilar su imagen, las mejillas enrojeciéndose, los labios de Miles frunciéndose, su cuerpo tensándose, y su vista que se dirigió a otro lado durante un segundo.

Tal vez era la edad. Tal vez su experiencia en el amor.

Pero sabia que lograba algún efecto en el menor.

Sonrió, orgulloso. Casi burlándose del nerviosismo que repentinamente creció en Miles.

Eso no hizo enojar al menor, simplemente lo hizo sentir descubierto.

— Nos vemos después, girasol.

La palma de Hobart fue a parar encima de su cabeza, moviendo algunos cabellos, y en un movimiento lleno de duda, aquella mano se deslizo hasta parar a su nuca, dejando un beso en su frente. No estaba seguro de donde vino aquello, pero supuso que ese impulso cargado de ternura hubiera sido mejor que estampar sus labios contra los del otro.

Sin embargo nada de eso detuvo su despedida. Ni los latidos, ni la tensión, y mucho menos las ganas de volver a pegarse el uno al otro.

La cara de Milo enojado lo ponía de cabeza, apenas había entrado se había topado con la imagen de su hermano cruzando los brazos, como si quisiera presionarlo a decir algo

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La cara de Milo enojado lo ponía de cabeza, apenas había entrado se había topado con la imagen de su hermano cruzando los brazos, como si quisiera presionarlo a decir algo.

— ¡Por favor, no le digas a papá! —Rogó Miles, después de dar por hecho que su hermano había visto la escena a través del pequeño espejo de la puerta.

— Si, claro, no le diré que ¡Te estas coqueteando con un punk que es mayor que tú!

— ¡Aghhh! ¡Hobie no es tan mayor!

— Es un "delincuente", de los que detesta papá. —Suspiró frustrado, no por estar en contra de Miles, si no que sabia el problema que se podría formar si su padre se enteraba.— Es obvio que lo odiará.

Miles entendió las palabras de su hermano, es por eso que se sintió mal. No sentía rechazo por parte de Milo, si no que sabía que aunque pensara que lo sobreprotegía, tenia razón en cada palabra que había dicho acerca de su padre.

¿Su madre? Tal vez seria un poco difícil pero trataría de entenderlo. Su padre si que era otro asunto muy a parte.

¿Valía la pena estarse mortificando por ello aún si no sabía si Hobart sentía lo mismo?

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⏰ Última actualización: Jan 24 ⏰

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