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The Middle — Jimmy Eat World

Los últimos tres días Hobart se escapaba de casa, o bueno, según el avisaba que saldría y no volvía hasta la noche

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Los últimos tres días Hobart se escapaba de casa, o bueno, según el avisaba que saldría y no volvía hasta la noche. Esto confundía a Miguel quien se había tomado unas vacaciones por su hijo y este ahora en lugar de pasársela en casa se la pasaba fuera. ¿Estaba jugando o qué? O'hara se preguntaba como Hobie le podía ver la cara de tonto tantas veces, y le salía tan natural.

Por otro lado el punk durante esos días estuvo perdiendo el tiempo, no pudo pasar dos de ellos a gusto ya que Morales estuvo dos de esos días con la escuela, eran entre semana y se le complicaba aceptar los planes de Hobie quien todos los días a partir de su numero uno de escapadas, le preguntaba siempre a Miles que hacia.

Y que iba a hacer en el día, solo para saber si podía meterse en su agenda. Claro, fue rechazado dos veces y aunque eso lo deprimía un poco entendía que no podía arrastrar a su amado amigo a ser un delincuente como él, como muchos decían. Pero ahora estaba caminando mientras saltaba una que otra vez, recogería a Miles en la escuela y saldrían a comer, un día maravilloso. Quien diría que era el mismo tipo que hace meses cancelaba los planes de sus novias para estar en otros lados. Metió sus manos en su chaleco, esperando en la entrada, bajo las escaleras de aquel colegio mientras pensaba.

¿Por qué su papá de la nada había tomado vacaciones? El primer día lo primero que lo extraño fue cuando Miguel apareció en su habitación con una bandeja, llevándole el desayuno, ¡a él! lo sacaba a diario de sus casillas y aún así su viejo lo había saludado con un buenos días como si fuera el hijo más hermoso del mundo. No se la había creído, pero después se ofreció a llevarlo a la universidad, cosa que rechazó ya que había decidido faltar, al día siguiente de ese saldrían de vacaciones en su universidad por alguno que otro temilla y Miguel apenas se venía enterando. Después le preguntó si necesitaba algo, ropa, lo que fuera, bien, eso no era raro pero lo raro era la forma en la que le dijo, con un tono de preocupación como si quisiera preguntar algo.

Pero nunca pregunto y eso fue aún más extraño.

Pensó en la posibilidad de que supiera que salía demasiado con Miles últimamente, pero se dio cuenta de que no se podía ver mal su situación con el menor a simple vista, así que lo descarto. En fin, el viejo de todos modos si seguía preocupándose se le bajaría el azúcar o se le subiría la presión, una de dos.

Sintió un toque continuo en su hombro, pasó su mirada del frente de la calle a su lado, donde Miles lo miraba con esos ojos brillantes y una sonrisita dulce, ¡Dios santo!¿Lo mandarían a la correccional por saltarle encima ahí mismo y comérselo?

— Hola, Hobie.

— Ah. —Contestó, mirándolo fijamente y bajando un poco su cabeza, ya que le ganaba en la estatura a su chaparrillo. Fue cuando reacciono y sacudió su cabeza, contestando nuevamente el saludo antes de seguir embobado.— Que onda, girasol. —Soltó, pellizcando la mejilla del Morales, de una forma suave para que no le doliera aquello.

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