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— Bien, eso es todo. —Morales no se dio cuenta cuando había pasado el tiempo, solo recordaba haberse sentado arriba de un baul y quedarse viendo hacia el mayor de todos ahí, con una sonrisa y su cuerpo inclinado levemente hacia adelante, como si quisiera observar mejor.— ¿Qué te pareció, Miles? —La rubia le pregunto aquello.
¿Por qué le pregunto eso? ¿A que se refería? Los oídos de Miles se habían bloqueado desde hace media hora permitiendo que solo la voz de Hobart llegara a sus oídos, sus ojos solo habían viajado del rostro del punk hacia sus manos que tocaban aquella guitarra, después a ese cabello tan increíble y luego repasaba todo con mas detalle, como si quisiera atraparlo en su mente y quedarse con su recuerdo incrustado en sus memorias.
— Genial. —Fue la única palabra que logro soltar, sonriéndole hacia Brown quien le devolvió el gesto con una más pequeña y de poca duración, tan fugaz como una estrella.
Hobie Brown lucia como una estrella.
Gwen alzó una ceja siguiendo con la mirada aquello que tanto su amigo veía, alzando sus hombros al ver que era a Hobart.
— Es tarde, tienes tarea, ¿no, Miles? —Pregunto Stacy, haciendo despertar de su sueño al moreno quien solo atino a sentarse recto y agarrar con fuerza su mochila que había estado en sus piernas todo el rato.— Podemos irnos si quieres. —Sugirió amablemente, sonriendo a su mejor amigo.
— Ah, claro que...
— ¿Te vas, Miles? —La voz burlona del mayor le hizo girar la cabeza hacia el rápidamente, mirando esa sonrisa ladeada en el rostro de quien poseía piercings.— Deberíamos por lo menos ir a comer algo, chaparro.
Ah, si, por favor, llévame a donde quieras. Pensó Miles, empezando a abrir la boca para hablar cuando recordó las tareas que tenía para el día siguiente.
Tal vez otro día seria, deseaba con todo su ser que pasara otro día.
— Lo siento, chicos, tengo mucha tarea. —Suspiro, levantándose y extendiéndole la mano a ambos adultos, en forma de despedida mientras sonreía.
— Miles es responsable, Hobie. —Burlo Stacy, cruzándose de brazos mientras Hobie alzaba una ceja.
— Que mal, bro. —Fue un tono bajo pero audible para todos, logrando que Morales formara una sonrisa pequeña en su rostro, tímidamente, extendiéndole la mano.
Brown en lugar de tomarla le chocó los cinco, dándole un golpecito con dos dedos en la frente, Miles levanto la cabeza ante aquello frunciendo suavemente el ceño.
— A la próxima, bro.
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