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Sour Switchblade - Elita

Sour Switchblade - Elita

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Sábado por la mañana. Hobart ni siquiera sabía que hacia ahí, en el departamento donde vivía la familia Morales, tocando el timbre repetidas veces.

Escuchaba pasos caminando de un lado a otro pero nadie abría.

Los días se le pasaban como agua, aunque a veces los sentía largos, eran tan repetitivos y cansados. No hablaba con Miles, no salía con Miles, y no podía ver a Miles.
Se había decidido a las siete de la mañana, había despertado después de noches de no poder dormir, dándose por vencido en su esfuerzo por descansar sin tener que pensar en la ausencia del menor. Para entonces, cuando apenas habían dado las nueve había llegado a aquella puerta.

Una sudadera negra, una chaqueta negra y pantalones casi pegados negros que caían flojos solo en el final de estos. El día estaría frío y no podía darse el lujo de vestir como de costumbre, aunque seguía viéndose igual de bien que siempre.

No fue hasta que escucho un fuerte suspiro de frustración desde el otro lado de la puerta, había timbrado cinco veces consecutivas, no le sorprendería que alguien de aquella familia le abriera y lo corrieran por tanto ruido tan temprano. Había visto uno que otro vecino asomarse y fruncir el ceño al verlo ahí, estaba importunando a mas de una persona en ese momento y no le importaba.

Quería ver a Miles.

La puerta se abrió, elevó su vista del suelo a aquel cuerpo y se desilusionó un poco al ver de quien se trataba. Aquel trenzado lo miraba seriamente, casi fulminándolo, cruzando los brazos y recargándose en el umbral de aquella entrada, claramente enojado por su presencia.

- Ah, yo.

- ¿Qué tipo de loco toca de esa manera el timbre a estas horas en pleno fin de semana? -escuchó el fastidio en la voz del hermano de su amigo, haciéndolo fruncir los labios y suspirar.- ¿Qué quieres?

Wow. Era grosero. Nada comparado a su solecito que le saludaría con una sonrisita diciendo su nombre con alegría. Aunque no sabía si Miles quería verlo en ese momento.

- ¿Está Miles? -Preguntó.

- ¿Por qué un tipo como tú quiere ver a mi hermano? -El menor se rascó la nuca, frunciendo el ceño y levantando la cabeza para mirar a Hobart directo a los ojos. Hobie se estaba molestando, aunque lo único que podía hacer era sonreír despreocupado.

- Solo quiero verlo un momento. -Explicó, metiéndose las manos a los bolsillos y relajando los hombros, mirando durante un segundo por el hueco que dejaba la puerta y el cuerpo del Morales grosero, la casa estaba casi a oscuras, probablemente seguirían durmiendo todos en ese momento.

¿Qué hacía aquel chiquillo buscando una pelea desde tan temprano?

- No dejaría que un pervertido como tú quisiera ver a mi hermano.

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