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El fin de semana se paso como una corriente de agua, fue tan rápido y Miles no sabía si el tiempo iba con más velocidad o si era por el hecho de que le mataba la curiosidad de saber que diría aquel doctor sobre su trabajo. Era lunes nuevamente, los días sábado y domingo se pasaron con normalidad, con la diferencia de que había estado hablando un poco con Hobart.
Bueno, Miles le mandaba mensajes y este solo los respondía a duras penas, el punk no parecía darle mucha importancia pero Morales estaba bien con ello.
De todos modos solo era un crush platónico, de momento, no le importaban tanto sus interacciones con aquel universitario irresponsable, Miles Morales contemplaba todas las posibles desventajas y ventajas y solo quería dejarlo como un amor de seguidor hacia su ídolo.
Incluso si a veces fantaseaba.
— Ay mi amor, vas a llegar tarde. —La voz de su mamá se escucho cerca suyo, esta había entrado en su habitación. No se percató de aquello, así que dio un saltito y trato de amarrar sus cintas dejándolas con un débil amarre.— Mi chiquito, ¿hoy vas a ver a ese profesor?
Escuchar a Rio lo reconfortaba, la mujer hablaba siempre con el mismo acento pero para Miles le hacia sentir como si guardara la voz de su madre en su corazón y mente.
— Si, mami. —Respondio, dejandose consentir entre besos por aquella mujer que tanto amaba.
Pronto el grito de su padre se escuchó hasta donde estaban ellos, Rio lo acompaño hasta la salida de los departamentos despidiéndose una y otra vez como cada semana lo hacía. Jeff subió al carro con su hijo.
El resto del camino se paso rápido, habían hablado de esto y de aquello.
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Corrió, no iba tan tarde como solía hacer, pero la conferencia ya había empezado y era consciente de que los asientos solían llenarse con prisa, ni siquiera se dio cuenta de aquel chico que lo estaba persiguiendo tratando de llamarlo, la mayoría de la gente ya conocía su nombre, así que Morales dio por hecho que no le estaba llamando a él.
