Día 1 Prueba de embarazo

257 15 1
                                    

Bostezó cansado antes de levantarse eh ir al baño, mirando su cabello completamente suelto y desordenado. Las marcas en su cuello revelaban lo que la otra noche había hecho y la sensación; el cosquilleo del liquido pegajoso saliendo lentamente de su parte trasera, lo hizo sonreír.

Se preparo, tomo un baño dejando que los esclavos limpiaran su cuerpo y lo vistieran para poder ir ya a hacer sus deberes.

Una vez regreso a la habitación que compartía con Simo, le dio un pequeño beso en su mejilla y le susurro "nos vemos despues" Saliendo de su templo dejando solo al finlandés.

A medida que se acercaba al templo de RA una presencia lo entregaba, mirando a todos lados completamente confundido antes de ver como de las aguas cristalinas del Nilo salía una diosa con cabeza de hipopótamo y pechos de mujer: Tueris, la diosa de la fertilidad y los embarazos.

Anubis miró a todos lados creyendo que la diosa iría hacia la pareja afortunada para darles la noticia, sus pasos lentos lo intrigaban y al ver como detenía su andar justo enfrente de él, se apartó creyendo que estaba obstaculizando su camino, pero la diosa solo movió suabemente la cabeza siguiendo al dios egipcio del embalsamamiento.

Ya más cerca pudo otra esa piel grisácea brillante a causa del agua del Nilo, su ropa húmeda que se ajustaba a su cuerpo.

Uniendo sus manos, un brillo casi segador lo hizo entrecerrar los ojos para cuando los abrió pudo ver una estatuilla de la misma diosa que le entrego a Anubis en sus manos.

—Con este collar, Anubis, dios egipcio de los muertos y las almas perdidas, te protegeré a ti y al pequeño ser que ya hace creciendo en tu interior—Anubis no pudo reaccionar hasta verla como se hundía en el Nilo, momento donde corrió a su encuentro para solo ver un hipopótamo en su lugar, miro a todos lados apretando la estatuilla que le había otorgado.

Regreso a su templo, buscando a Anubis que encontró ojeando algunos pergaminos, en una ocasión solo menciono que le gustaba ver los jeroglíficos ya que aún no los comprendía del todo.

—Te esperaba más tarde— habló mirándolo de reojo, bajando el pergamino una vez no vio respuesta de su parte — ¿Anubis?

—Simo— habló mirando al finlandés, para despues tocar su vientre y apretar un poco la estatuilla de la diosa Tueris— vamos a hacer papás...— fueron segundos, segundos de silencio por parte de Simo antes de ver como soltaba el pergamino

—¿Qué?

SakariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora