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El ambiente está como la sangre espesa y caliente

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El ambiente está como la sangre espesa y caliente. Si alguien se atreve a acercarse a mi al menos un metro de distancia, lo acribillo en cualquier parte accesible de su cuerpo.

Es necesario que Chloe esté aquí para poder calmar mis ansiedad letal de acabar con este círculo dragontino Blackburn. Me importa un carajo que sean mi sangre, nadie habla y toca a mí mujer.

La mujer en la que me dió luz y brillo en mi camino oscuro, la mujer por la que dejaría el infierno para convertirme en el villano enamoradizo de su mundo. 

Nadie , absolutamente tiene el poder que yo tengo para tocarla. Y nunca podrán tocarla al menos de que esté tres metros bajo tierra y sin respirar.

—Jodido obsesivo, ¿desde cuándo tenemos esos pensamientos homicidas hacia nosotros mismos? —habla Callum después de un rato. 

Minshka mantiene una mirada triste. 

—Ni siquiera en la mafia se ve estos tipos de traición. 

—No es traición, Minshka —se levanta Adham de su asiento —Es protección hacia ella. 

Mordisquea su labio inferior rosado y puedo visualizar la nube de pensamientos arriba de su cabeza. Su piel pálida hace contraste con el celeste de su vestido de encaje, su cabello brillante castaño hace juego con sus ojos azules gemelos a la genética Blackburn. 

—Ella,...es linda —por supuesto que lo es , es una diosa maravillosa—, muy hermosa de hecho. Ya comprendo porque los cuatro están tan desquiciados por Chloe. 

Comparto una mirada con Stephen. 

¿Qué? ¿Cuatro? 

Ah , el imbécil de Christian. 

Adham se ha tensado , pero mantiene su semblante imperturbable. Sé que algo trama y su cometido no está muy lejos de explotar. Al menos pensaré que de alguna manera quiere recuperar a rizos y que haya escuchado a mi mello está mañana nos jode a los dos. 

—Por supuesto, pero solo uno podrá tener el corazón de ella —murmura Adham con la vista fija en la ventana. 

Minshka esboza una media sonrisa. 

—Dudo mucho que tus hermanos dejen ir a Chloe tan fácilmente, los conozco desde que tengo uso de razón y sé cuánto pueden llegar a ser obsesivos. 

—Me importa una mierda —se levanta con el ceño fruncido —. Yo la ví primero que todos ellos por lo cuál me pertenece. 

—Que la hayas visto primero no significa que sea de tu propiedad inmediatamente —espeta Stephen. 

—Para mi si lo es , Stephen. Mi vida y mis reglas. Sabes perfectamente que me importa un carajo las demás leyes. 

Minshka suspira pesadamente. 

La Condena Blackburn ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora