2

6.5K 383 1
                                    

—Solo espero que mi examen de Literatura , no sea igual que el año anterior sino abandono está facultad —murmura Leila comiéndose un emparedado de jamón serrano

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Solo espero que mi examen de Literatura , no sea igual que el año anterior sino abandono está facultad —murmura Leila comiéndose un emparedado de jamón serrano.

Yo solo la miro y trato no sonreír. No tiene idea que la bruja de esa superior , en su diccionario no existe la benevolencia. Niego con la cabeza y tomo mi jugo de naranja junto al derretido justo antes de haber llegado del trabajo. Lo bueno es que hoy no hubo lluvia y tampoco tardanzas.

De repente , siento una patada por debajo de la mesa que me hace fruncir el ceño.

—Eh , hola , ¿Chloe Velika?

Antes de poder reclamar el golpe , me giro hacia la izquierda para ver a un chico alto , muy alto , de ojos azules claros y cabello negro. Parpadeo porque en mi vida (y en la universidad) jamás lo había visto. Miro en busca de respuestas a Leila que también está anonadada.

—Eh , si , soy yo —contesto.

El chico sonríe y me ofrece su enorme mano.

—Encantado , soy Adham Blackburn , estudiante de Química —me dice y justamente saca un papel blanco de su pantalón gris.

Nunca lo había visto por los corredores , puede que esté en la jornada matutina , pero lo que si estoy segura es que tiene dinero , lo hace notar por lo fino que es su uniforme y su reloj reluciente. Me hace sentir como una pulga maloliente estando a su lado , pero bueno , no todos tenemos la fortuna de nacer en cunas de oro como él.

—Había estado platicado con su ex estudiante Simón Allans —habla luego de un par de segundos —, de sus sesiones de química y el me dió su contacto para poder conocerla. Soy de la jornada matutina y de primer año cursante , como debería saber , química no es algo fácil por lo tanto , estoy aquí para solicitar un favor y es que me explique ciertos temas que estamos estudiando.

Trago saliva y si, recuerdo a Simón , un chico de segundo curso , pero no sabía que daba mis contactos así por así. Aunque , mi situación económica me grita que acepte esas sesiones , mi tiempo no me lo permitirá.

Lo miro apenada.

—Por ahora no estoy disponible con las sesiones , tengo mucho trabajo tanto como adentro como afuera de la universidad —le explico suavemente.

Me mira fijamente y sonríe.

—No se preocupe , puedo pagar lo que sea por esas sesiones —me asegura inmediatamente.

—No se trata del dinero , más bien es por el bienestar de mi trabajo.

—Por eso mismo , puedo pagar lo que sea —repite sonriente—, es más , podría hablar con el dueño de su trabajo para que pueda darle un poco más de tiempo mientras me brinda las sesiones.

Vaya. Este chico está muy desesperado , era de esperar , que use su dinero para tenerlo todo. Le lanzó un vistazo a Leila que no ha quitado su lentes de encima desde que el chico apareció en nuestra mesa.

La Condena Blackburn ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora