El día continuó, pero para Ling, todo se sentía un poco más distante, un poco más complicado. Sabía que tendría que resolver lo que estaba sintiendo antes de que las cosas se volvieran más difíciles, pero por ahora, solo podía observar, esperar y tratar de mantener el equilibrio en un mundo que parecía estar cambiando rápidamente a su alrededor.
El lunes por la mañana llegó cargado con la rutina habitual del set. El bullicio de las cámaras, las luces y el equipo técnico contrastaba con el silencio que parecía haberse instalado entre Ling y Orm. Desde el almuerzo en casa de Ingfa, una barrera invisible se había levantado entre ellas, una distancia que Ling no había querido, pero que ahora era palpable.
Orm se sumergió en su trabajo desde el primer momento, encontrando consuelo en la familiaridad de sus líneas y escenas. Cada vez que la grabación terminaba, se unía rápidamente a Ingfa y Prig. Ellas se volvieron muy unidas,empezaron a pasar más tiempo. Juntos revisaban guiones, hablaban de sus personajes y, a menudo, se alejaban del set para tomar un café o compartir una comida rápida.
Ling, por otro lado, se encontró pasando más tiempo con Jakarin. Su novio había notado la reciente melancolía de Ling y había intentado animarla, llevándola a almorzar o simplemente manteniéndola ocupada en su tiempo libre. Aunque Ling apreciaba los esfuerzos de Jakarin, no podía evitar sentir un vacío que no lograba llenar, una falta que provenía de la creciente ausencia emocional de Orm en su vida.
Durante las grabaciones, Ling y Orm mantenían una profesionalidad impecable. Sus escenas juntas eran intensas y fluidas, como siempre lo habían sido. Pero tan pronto como el director gritaba “corte”, Orm se alejaba, dejando a Ling con una sensación de incomodidad que nunca antes había experimentado en el set.
La semana avanzó con esta nueva rutina. Orm y Ling sólo interactuaban cuando era absolutamente necesario, y fuera del trabajo, sus vidas habían comenzado a divergir. Prig, siempre el alma de la fiesta, había hecho que Orm e Ingfa se unieran a su círculo, y los tres se convirtieron en inseparables, formando un pequeño grupo que siempre estaba al margen del resto.
Ling observaba desde lejos, fingiendo que no le importaba, pero en su interior, los celos y la tristeza crecían con cada día que pasaba. No entendía por qué Orm había decidido distanciarse tan repentinamente. La Orm que solía buscar su compañía y compartir sus pensamientos más íntimos parecía haberse desvanecido, reemplazada por alguien que prefería la compañía de otros.
Un miércoles por la tarde, durante un descanso en la grabación, Ling intentó acercarse a Orm. Se había convencido de que la única manera de resolver lo que estaba sucediendo era confrontarlo.
—Orm, ¿podemos hablar un momento? —dijo Ling, intentando que su voz sonara calmada.
Orm la miró, con una expresión que mostraba sorpresa y cierta incomodidad. Miró hacia donde Prig e Ingfa la esperaban, y luego asintió con vacilación.
—Claro, Ling. ¿Qué sucede?
—He notado que has estado… alejada últimamente. —Ling eligió sus palabras con cuidado—. No hemos pasado tiempo juntas fuera del set. ¿Está todo bien?
Orm bajó la mirada, sabiendo que esta conversación era inevitable pero deseando no tener que enfrentarla.
—Todo está bien, Ling. Es solo que… a veces es bueno cambiar un poco de aires, estar con otras personas.
—¿Cambiar de aires? —Ling sintió que un nudo se formaba en su estómago—. ¿Es por Ingfa y Prig?
Orm respiró hondo, intentando encontrar las palabras correctas sin herir a Ling.
—No es que ellos tengan algo que ver. Es solo que… necesito algo de espacio, Ling. No significa que nuestra amistad haya cambiado, solo… solo necesito tiempo para mí misma, y estar con ellos me ayuda a despejar mi mente.
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Más allá del guión / LingOrm
FanfictionAtrapada entre el guion de la serie y el guion de su vida, Ling debe decidir si sigue el camino que ya tenía trazado o se atreve a escribir una nueva historia, una que podría cambiarlo todo. En medio de cámaras, luces y escenas ensayadas, surge una...