"Momentos"

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Los días en Venecia habían pasado en un suspiro, llenos de momentos inolvidables que Ling y Orm guardarían en sus corazones para siempre. Ahora, en el aeropuerto, la nostalgia comenzaba a instalarse mientras esperaban su vuelo de regreso a casa. El bullicio de los viajeros y los anuncios constantes de vuelos creaban un ruido de fondo, pero entre ellas, el silencio era cómodo, lleno de una conexión silenciosa que habían fortalecido durante el viaje.

—¿Qué fue lo que más te gustó? —preguntó Orm, rompiendo el silencio mientras miraba la pantalla con la información de los vuelos.

Ling sonrió, dejando que sus recuerdos se desplieguen como una película en su mente.

—Todo fue perfecto —respondió—. Pero creo que lo que más me gustó fue… ver Venecia a través de tus ojos. La manera en que te emocionabas con cada detalle, con cada rincón que descubríamos—

Orm la miró con ternura, sintiendo una calidez que la envolvía.

—Para mí, lo mejor fue simplemente estar contigo —dijo suavemente—. No importa el lugar, mientras estés a mi lado—

Ling le apretó la mano, y ambas se quedaron en silencio, disfrutando de la compañía mutua mientras el tiempo pasaba. Finalmente, el anuncio de su vuelo sonó por los altavoces, y se levantaron, listas para embarcar.

El proceso de abordar fue fluido, y pronto se encontraron sentadas en sus asientos, listas para dejar atrás Venecia. Las luces del avión se atenuaron mientras despegaban, y ambas miraron por la ventana, viendo cómo la ciudad se hacía cada vez más pequeña bajo ellas.

—Fue un viaje increíble —murmuró Ling, recostándose en su asiento.

Orm asintió, sin apartar la vista de las luces que desaparecían bajo las nubes.

—Lo fue —coincidió— Y no será el último—

Las horas pasaron mientras el avión atravesaba el cielo. Entre pequeñas charlas y momentos de descanso, el tiempo pareció deslizarse suavemente, llevándolas de vuelta a la realidad. Ling se quedó dormida apoyada en el hombro de Orm, y Orm, con una sonrisa en los labios, no se movió, dejando que su presencia calmara cualquier inquietud.

Finalmente, el avión comenzó su descenso, y al tocar tierra, ambas se despertaron con la sensación de haber regresado de un sueño. Habían vuelto, pero el viaje había dejado una marca en ellas, una promesa de lo que podría ser el futuro.

Apenas salieron del área de recogida de equipajes, Ling y Orm se encontraron con una multitud de flashes y voces que las abrumaron al instante. El aeropuerto estaba lleno de paparazzi, periodistas y fans, todos ansiosos por obtener una declaración, una foto, cualquier cosa que confirmara los rumores que habían circulado mientras estaban en Venecia. La fama de la serie en la que trabajaban había alcanzado niveles inesperados, y con ella, las especulaciones sobre su relación personal se habían disparado.

—¡Ling! ¡Orm! ¿Es cierto que están saliendo? —gritó uno de los reporteros, su cámara enfocada directamente en ellas.

—¿Qué tienen que decir sobre las fotos de Venecia? —interrumpió otro, empujando su micrófono hacia ellas.

Orm, que solía ser reservada y le gustaba mantener su vida privada lejos de los medios, sintió cómo la tensión le subía por el cuerpo. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, Ling le dio un apretón suave en la mano, transmitiéndole calma.

Ling avanzó un paso hacia el tumulto, con una sonrisa firme pero amable en su rostro.

—Sabemos que hay muchas especulaciones y rumores sobre nosotras —comenzó, haciendo una pausa para dejar que el silencio se asentara entre la multitud expectante—. Y es cierto, estamos saliendo—

Más allá del guión / LingOrmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora