"sorpresas"

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Las dos semanas que habían pasado desde que Orm le pidió matrimonio a Ling habían sido un torbellino de emociones y preparativos. Las noches se llenaban de conversaciones sobre el futuro, la boda y todos los detalles que acompañarían el gran día. Habían pasado horas juntas buscando salones de fiesta, planificando y soñando con su futuro.

Una tarde tranquila, Orm y Ling estaban en la cocina, rodeadas de catálogos y listas de tareas. Ling, con una taza de té en la mano, estaba revisando unas opciones en su computadora mientras Orm hojeaba un catálogo sobre decoraciones. El sol de la tarde se filtraba a través de las ventanas, creando un ambiente cálido y acogedor.

Después de un rato en silencio, Ling rompió la quietud con una pregunta que había estado rondando en su mente.

—Orm —dijo Ling, sin apartar la vista de la pantalla—, ¿por qué aún no hemos elegido una fecha para la boda?

Orm levantó la vista del catálogo y miró a Ling, notando la seriedad en su tono. Dejó el catálogo sobre la mesa y se acercó a Ling, sentándose a su lado.

—Es verdad —admitió Orm—. Hemos estado tan ocupadas con todos los preparativos que no hemos hablado de la fecha.

Ling asintió, un poco pensativa.

—Me parece importante fijar una fecha —dijo Ling—. Así podemos planificar todo con más claridad y asegurarnos de que todo esté listo.

Orm le tomó la mano, buscando las palabras adecuadas.

—Tienes razón —respondió—. Quizás hemos estado evitando la fecha porque queremos que todo sea perfecto, pero no podemos seguir así.

Ling le sonrió, apreciando la sinceridad de Orm.

—No tiene que ser perfecta, solo tiene que ser nuestra —dijo Ling—. Y estoy segura de que será un día increíble, sin importar cuándo sea.

Orm la miró con ternura y le dio un suave beso en la mejilla.

—Entonces, ¿qué te parece si hacemos una lista de fechas que nos gusten y vemos cuál se adapta mejor a nuestras necesidades?

Ling asintió con entusiasmo.

—Me parece una excelente idea. Vamos a hacerlo.

Ambas comenzaron a revisar los calendarios y a hacer una lista de posibles fechas mientras seguían conversando y riendo sobre sus opciones. La tarde pasó rápidamente entre risas y planificación.

Más tarde, mientras seguían organizando, el cansancio empezó a hacer acto de presencia. Las dos se acomodaron en el sofá del living, rodeadas de papeles y catálogos. El ambiente era tranquilo, y el sonido del televisor en modo bajo proporcionaba una suave compañía.

Orm y Ling se acurrucaron juntas en el sofá, cansadas pero satisfechas con el progreso. La conversación se fue desvaneciendo gradualmente, y pronto se quedaron dormidas en el sofá, abrazadas y rodeadas de los planes para su futuro.

Ling y Orm despertaron tarde, envueltas en una cálida y confortable siesta. El sol se había movido considerablemente desde la última vez que lo vieron, y el reloj marcaba la hora del almuerzo. Ling estiró los brazos y observó a Orm a su lado, quien aún parecía adormilada.

—Orm —dijo Ling con voz suave, mientras la sacudía ligeramente—, despierta. Necesitamos prepararnos. ¡Vamos a salir a almorzar!

Orm parpadeó varias veces, saliendo del estado de somnolencia.

—¿Qué hora es? —preguntó Orm mientras se desperezaba.

—Ya es tarde —respondió Ling—. Vamos a aprovechar el día y salir a comer algo.

Más allá del guión / LingOrmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora