Más allá del guión / LingOrm

"la fiesta del reencuentro"

Medio año después, cuando Jakarin ya se encontraba recuperado y las grabaciones de la serie estaban a punto de reanudarse, el estudio organizó una fiesta para celebrar el regreso de todo el equipo. Ling llegó a la fiesta con una mezcla de nerviosismo y resignación. Sabía que el tiempo no había curado sus heridas, pero estaba decidida a seguir adelante.

Pero entonces, cuando Orm apareció en la fiesta, todo cambió. Entró de la mano de Ingfa, con un corte de cabello que la hacía ver más segura y deslumbrante que nunca. Todas las miradas se volvieron hacia ellas, sorprendidos por el cambio de Orm y por la evidente cercanía entre ambas.

Ling sintió como si el aire se esfumara de sus pulmones. Ver a Orm después de tanto tiempo, tan cambiada, tan inalcanzable, la golpeó como una ola imparable. El dolor y el deseo que había intentado enterrar resurgieron con fuerza, y aunque trató de disimularlo, sabía que nada volvería a ser igual.

Orm, por su parte, sintió la mirada de Ling sobre ella desde el momento en que entró en la sala. Aunque había pasado meses intentando olvidarla, sabía que esa batalla estaba perdida. Los sentimientos que compartían eran demasiado fuertes, demasiado profundos para ser ignorados. Pero ahora, con Ingfa a su lado, las cosas eran diferentes. Y aunque no lo demostrara, el reencuentro con Ling estaba removiendo todo lo que había tratado de dejar atrás.

La tensión entre ellas era palpable, y el aire estaba cargado de una mezcla de emociones que no podían ser ignoradas. ¿Qué sucedería a partir de ahora? Solo el tiempo lo diría.

En la fiesta, Jakarin no paraba de sonreír, haciendo bromas con el resto del grupo. "¿Ya puedo decirte cuñada, Orm?" dijo en tono juguetón, levantando su copa. El ambiente se tornó un poco incómodo, pero fue Ingfa quien rompió el silencio aclarando: "Orm y yo no estamos saliendo." Aunque lo dijo con una sonrisa, su mirada se cruzó brevemente con la de Orm, que permaneció inexpresiva.

Mientras todos reían y seguían conversando, el tema de la boda de Ling y Jakarin salió a relucir. Al recordar que solo faltaban dos meses para el gran día, Orm sintió una punzada en el pecho y se levantó para ir al baño.

Ling, notando su reacción, instintivamente se levantó para seguirla, pero antes de dar un paso, sintió la mano firme de Ingfa en su brazo. "Ni se te ocurra acercarte a Orm," le dijo Ingfa en un susurro lleno de determinación. Ling, sorprendida, se detuvo, pero su mirada seguía fija en la puerta por donde había salido Orm.

Orm se retiro antes de la fiesta,ingfa quiso acompañar la, pero le dijo que estaba bien que podía ir sola. La noche transcurrió rápido,los días transcurrían rápido. Al otro día a la noche orm decidió salir.

Orm estaba sentada en un rincón discreto del restaurante que había visitado tantas veces con Ling en el pasado. Era su lugar especial, un refugio donde solían escapar del caos de la vida. La nostalgia llenaba el aire mientras Orm observaba la mesa, recordando los momentos que compartieron. Era extraño estar ahí sola, pero a la vez, reconfortante. Como si al menos en ese lugar, algo de lo que tuvieron permaneciera intacto.

El sonido de la puerta del restaurante se abrió, y Orm, casi por instinto, levantó la mirada. Para su sorpresa, Ling estaba ahí, sola, como si el destino hubiera orquestado este encuentro. Ling la vio y, después de un momento de vacilación, se acercó.

—¿Puedo sentarme? —preguntó Ling con una sonrisa tímida.

Orm asintió, intentando mantener su compostura mientras el corazón le latía con fuerza. Se sentaron juntas, como en los viejos tiempos, pero el silencio entre ellas era ahora cargado de cosas no dichas, de emociones contenidas.

—Es curioso encontrarte aquí —comentó Ling, rompiendo el silencio—. Siempre me pareció que este lugar era nuestro pequeño secreto.

—Lo era —respondió Orm, sin poder evitar una pequeña sonrisa melancólica—. Supongo que los recuerdos nos traen de vuelta a los lugares donde fuimos felices.