Era una pesadilla. No, sentía que estaba pisando el infierno mismo. Así de malo era. ¡Era peor que eso! Nada podía compararse a esta tortura.
Después de haber pasado una divertida y nutritiva tarde de compras con Annie, había vuelto a casa con más de tres bolsas de distintas marcas. ¡Incluso había comprado un vestido nuevo para usar esta noche! Pero todos mis planes se vieron arruinados cuando pasé por la puerta de aquella trampa llamada "casa", y me topé con una terrible situación.
—¡Olivia! Llegaste, ven. Quiero presentarte a alguien —había dicho mamá, haciéndome pasar al comedor de mi propia casa como si fuera una invitada, para encontrarme allí con dos adultos y un chico que aparentaba mi edad—. ¿Recuerdas a los Lemington? Nuestros amigos de Londres. Han vuelto a la ciudad, ¿no es maravilloso?
No me malinterpreten. En ese momento mi mandíbula casi cae al suelo con la belleza de aquel chico. Y eso que había estado con guapos antes. El problema fue después, cuando después de presentarme a todos y sentarme para cenar en esa improvisada reunión, descubrí el verdadero motivo.
—Le he hablado mucho acerca de ti a mi Nathaniel, Olivia. Espero que puedan llevarse bien —alardeó la madre del chico, con una orgullosa sonrisa.
—¡Claro que lo harán! —exclamó mi madre—. Olivia, ¿sabías que Nate irá a tu instituto ahora que se han mudado a la Ciudad?
—Podrás ayudarlo a adaptarse —animó papá.
—Por supuesto, y podrán pasar tiempo juntos. ¡Se van a llevar tan bien!
¡Era una emboscada para que saliera con aquel chico! Y aunque fuera motivo suficiente para ofenderme, Nathaniel tenía una sonrisa que era capaz de cautivarme. Era guapo, prácticamente perfecto, debía de tener algo...
—Nathaniel es un chico muy inteligente. Cuando acabe con la escuela, planea ser cirujano. Y será uno de los más prestigiosos de la ciudad —comentó Elizabeth, su madre, con orgullo.
—¡Eso si no decide ser abogado como el padre! —añadió Richard, su padre, que se había entrometido en la conversación, a pesar de estar charlando sobre economía con William, mi padre.
—Olivia, ¿no te parece fascinante lo que Nathaniel hace? —preguntó mi madre, con la sonrisa más exagerada de lo que debería.
Levanté la vista del plato y me encontré con cuatro miradas expectantes. Uy.
—Mmh... Sí, claro.
—¿Y a ti qué te gustaría ser, Olivia? —se interesó Elizabeth con una interesada sonrisa.
—Rica. —Fue lo primero que se me vino a la mente.
Todos en la mesa rieron. Excepto mi madre, que a pesar de reír, noté cómo intentaba matarme con la mirada. ¡No iba a mentirles! Eso era todo lo que quería ser cuando fuera grande.
—¿En dónde planeas estudiar?
—Irá a Yale, como su abuelo —respondió papá.
Hice una mueca. Yale. Jamás me hubiera imaginado en un ambiente repleto de nerds y listillos.
Tiempo después, mis padres y sus padres habían continuado torturándome con comentarios indirectos, y lo peor era que ni siquiera necesitaba escucharlos para que Nathaniel me cautivara. A ver, era guapo, podía enamorarme por su propia cuenta, pero gracias a su ayuda no había tenido la oportunidad de conocerlo ni un poco.
Para la hora del postre, por fin habíamos podido entablar una conversación, sin las interrupciones de ninguna persona mayor de cuarenta años. Lo triste fue descubrir que lo que Nate tenía de atractivo, evidentemente no lo tenía de divertido.
—¿Qué haces en tus ratos libres? —se interesó él.
—Bueno, muchas cosas. Salgo de compras, le arreglo el cabello, busco diseños de uñas en Pinterest, me junto con mis amigos... ¡Uh! Y veo películas. Adoro las comedias románticas. Mi favorita es Cartas a Julieta. —¡Por fin una conversación interesante! Sin embargo, el rostro de Nate no demostraba lo mismo. Se encontraba frunciendo el ceño delante mío.
—¿Es un documental?
Negué con la cabeza, incómoda. Por la fama de inteligente que le habían hecho los padres, parecía un completo idiota.
—No, he dicho que es una película. ¿No la viste?
—Prefiero hacer cosas más productivas.
—¿Y tú qué haces? —cambié el tema, ocultando mis ganas de levantarme y patearlo en la cara.
—Me gusta ver partidos de golf y leer.
¿Partidos de golf? ¿Leer? ¿A eso le llamaba algo productivo! Tirarse de un puente me parecía más productivo (y divertido) que eso.
—¡Uh! ¿Novelas? ¿De qué tipo? ¿Policiales? ¿Dramas? ¿Amor...?
—Economía, ciencias... A veces matemáticas.
Casi bostezo.
—¿Se están divirtiendo? —interfirió Elizabeth.
—Como nunca —ironicé.
—¡Me alegra! Lauren y yo estábamos hablando sobre la bonita pareja que hacen.
Sonreí, intentando ocultar mis ganas de matarme. Entonces, una lamparita que de vez en cuando se encendía en mi cabeza, produjo una idea fabulosa. La solución a la tormenta que veía venir.
Evitaría los comentarios, las cientos de futuras cenas, las incomodidades, los dramas... ¡Todo! Solo bastaba con decir...
—Me halaga, Elizabeth, pero a mi novio no le haría ninguna gracia escuchar lo que acaba de decir.
¡Listo! Problema resuelto.
—Oh. Lauren no me ha dicho que tenías pareja... Lo siento, cielo.
—Es que no lo sabía —respondió mamá con el ceño fruncido y volteó a verme—. ¿Desde cuándo?
—Es reciente. Queríamos mantenerlo en secreto. —Y por favor, no más preguntas, que no quería seguir soltando mentiras de mi boca.
—Eso es... bueno, creo.
La cena continuó de lo más silenciosa a partir de mi comentario. Para mi suerte, cuando volví del baño (porque hacía sido obligada a recurrir a él para evitar tanta incomodidad), la conversación fluía. Aburrida, pero fluía.
Nathaniel se encontraba hablando sobre su pasión por el derecho administrativo, su último proyecto de investigación y bla bla bla. Elizabeth y Richard lo escuchaban con atención.
—Es realmente fascinante cómo las regulaciones pueden influir en la eficiencia de los servicios públicos —decía Nathaniel con entusiasmo, aunque su tono era monótono y poco emocionante. Como yo en ese preciso momento.
Bueno. La buena noticia, era que acababa de zafarme de quince cenas forzadas por mis padres hasta que me dignara a salir con ese sujeto aburrido. La mala, era que debía conseguir un novio antes de que comenzaran a preguntarme por él.
¡Qué divertido era ser yo!
•••
¡Holaaaa a todos! Si están aquí, es porque le dieron una oportunidad al primer capítulo de esta novela. Espero que disfruten su paso por aquí. Escribir es una de las cosas que más disfruto hacer y me encanta poder compartirlo, así que muchas gracias por leer y nos vemos muy pronto en el siguiente capítulo <3
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Mi perfecto novio
Teen FictionOlive es una bonita, popular y adinerada chica que busca alejar a un sujeto totalmente aburrido cuando su madre la quiere obligar a emparejarse. Lucas es un serio, rudo y problemático chico que busca volver a enamorar a su ex novia. Juntos, son la p...