Kim Taehyung es hermoso, extrovertido y popular. Su aura es etérea, digna de contemplar; cualquiera que lo mire estará condenado a caer a sus pies.
Por otro lado, Jeon Jungkook es reservado, timido y con una presencia sutil que no llama la atención...
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Jungkook llegó a la escuela un poco más temprano de lo habitual. Le gustaba disfrutar del silencio y la tranquilidad antes de que los pasillos se llenaran de estudiantes. Al acercarse a su casillero, notó que algo sobresalía de la rendija. Con curiosidad, abrió el casillero y vio un pequeño sobre con su nombre escrito en una elegante caligrafía. Su corazón dio un pequeño vuelco al reconocer la letra de Taehyung.
Tomó el sobre con cuidado, casi con temor de arruinarlo, y lo abrió lentamente. Sacó la tarjeta de su interior y comenzó a leerla, sus ojos moviéndose rápidamente de una línea a otra. A medida que absorbía las palabras de disculpa de Taehyung, un torbellino de emociones se arremolinó en su interior. No esperaba que Taehyung se disculpara de esa manera, y mucho menos que reconociera que lo había herido.
Se quedó unos minutos mirando la tarjeta, apreciando los pequeños dibujos de flores que Taehyung había hecho alrededor del borde. Cada trazo parecía haber sido hecho con cuidado, lo que hacía que el gesto fuera aún más especial. Jungkook se mordió el labio inferior, debatiéndose entre la emoción y la incertidumbre de su deberia de responder.
Finalmente, decidió que no podía dejar pasar la oportunidad de mostrarle a Taehyung cuánto significaba para él. Se dirigió a su escritorio en el aula, sacó un cuaderno de hojas gruesas que usaba para sus proyectos de arte y arrancó una página en blanco. Con una sonrisa, comenzó a escribir:
-Taehyung, gracias por tu tarjeta. Me hizo muy feliz leerla. No tienes que disculparte más, todos cometemos errores. Yo también cometo muchos. Pero quiero que sepas que lo que realmente importa es que ahora entiendo que lo sientes. Eres importante para mí. Siempre lo has sido. Jungkook."
Jungkook decoró los bordes de la hoja con algunos garabatos y pequeños dibujos de estrellas y lunas. Era su manera de darle un toque personal, sabia que a el omega le gustaban las estrellas porque en su casillero tenia varias estampas. Cuando terminó, dobló cuidadosamente la hoja y la colocó en un sobre. Escribió el nombre de Taehyung en la parte delantera y lo guardó en su mochila, esperando el momento adecuado para dejarlo en su casillero.
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Después de su práctica de porristas, Taehyung estaba agotado, pero de buen ánimo. Había algo en la energía del equipo y en la adrenalina del entrenamiento que siempre lograba levantarle el ánimo, aunque solo fuera temporalmente. Mientras caminaba por los pasillos casi vacíos de la escuela, se dirigió hacia su casillero para recoger sus cosas antes de irse a casa.
Al abrir la puerta del casillero, sus ojos se posaron de inmediato en un pequeño sobre blanco que descansaba sobre sus libros. Su corazón dio un pequeño brinco de sorpresa, seguido de una cálida sensación de anticipación. En el sobre se veia la letra de Jungkook, elegante pero un poco tímida, como si no quisiera llamar demasiado la atención. Sin pensarlo dos veces, Taehyung tomó el sobre y lo metió rápidamente en su mochila.
No podía esperar para leerlo, pero sabía que no quería hacerlo en medio del bullicio de la escuela. Quería disfrutar del momento en la tranquilidad de su hogar, donde podía tomarse el tiempo para procesar las palabras de Jungkook sin distracciones.
Durante el camino a casa, no pudo evitar imaginar lo que Jungkook podría haber escrito. ¿Sería una respuesta a su disculpa? ¿O tal vez algo más? Sus pensamientos corrían en círculos, aumentando su impaciencia. Cuando finalmente llegó a casa, saludó a Solar con una sonrisa rápida y subió las escaleras casi corriendo hacia su habitación.
Desplegó la hoja y sus ojos recorrieron las palabras escritas por Jungkook, su corazón latiendo más rápido con cada línea. La carta era simple y Jungkook la había decorado los bordes de la hoja con pequeños dibujos de estrellas y lunas, un toque que Taehyung notó de inmediato. Una sonrisa suave apareció en su rostro al darse cuenta de que Jungkook había prestado atención a las pequeñas cosas que le gustaban, como las estampas de estrellas en su casillero.