VI

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Taehyung llegaba a su casillero, con su mochila colgando despreocupadamente de un hombro

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Taehyung llegaba a su casillero, con su mochila colgando despreocupadamente de un hombro. Había sido un día largo, lleno de clases y entrenamiento, pero lo que más deseaba en ese momento era relajarse un poco antes de irse a casa. Cuando llegó a su casillero y lo abrió, algo capturó su atención de inmediato.

Allí, justo en el centro de la repisa superior, había un pequeño marco con una imagen del espacio estrellado. Taehyung frunció el ceño, intrigado. Tomó el marco en sus manos, examinándolo de cerca. Las estrellas parecían dispuestas de una manera específica, pero él no podía entender el significado. ¿Quién había puesto eso allí? ¿Y por qué?

Se quedó observando el marco por un momento más, su mente llena de preguntas. Había algo en el gesto que lo conmovía profundamente, incluso si no entendía del todo el mensaje. Decidió que no podía irse sin descubrir la verdad, así que esperó pacientemente a que la universidad se vaciara. Cuando finalmente se sintió seguro de que estaba solo, cerró su casillero y se dirigió hacia la biblioteca. Había una sola persona que se le ocurría que podría hacer algo tan considerado: Jungkook.

Cuando llegó a la biblioteca, entró en la sala en silencio, y sus ojos buscaron rápidamente la figura familiar de Jungkook. Allí estaba, sentado en una de las mesas del fondo, concentrado en un libro, con Jimin a su lado.

Taehyung se acercó lentamente, sus pasos casi inaudibles en la alfombra de la biblioteca. Cuando llegó a la mesa, Jimin fue el primero en notar su presencia y levantó la vista con una sonrisa cómplice. -Bueno, parece que alguien tiene una visita-, dijo Jimin en voz baja, dándole una suave palmadita en la espalda a Jungkook, quien levantó la vista con sorpresa.

-¿Tae?- Jungkook casi se atragantó con su propia saliva al ver a Taehyung de pie frente a él. Su rostro mostró una mezcla de sorpresa y pánico.

Jimin, notando la incomodidad de su amigo, decidió retirarse para darles espacio. -Creo que es hora de que me vaya-, dijo, levantándose de su silla con una sonrisa divertida. Al pasar junto a Jungkook, le susurró al oído: -Buena suerte, Kookie.-Luego se despidió de Taehyung con un gesto y salió de la biblioteca, dejándolos solos.

Taehyung se sentó en la silla que Jimin había dejado vacante, colocando el pequeño marco sobre la mesa entre ellos. -Encontré esto en mi casillero-, dijo suavemente, sus ojos buscando los de Jungkook. -¿Es tuyo?-

Jungkook se sonrojó al instante, y empezó a tartamudear, incapaz de encontrar las palabras correctas. -Y-yo... sí, bueno... es que... q-quería darte algo especial, p-pero no estaba seguro si te gustaría...-

Taehyung inclinó la cabeza, sonriendo suavemente ante el nerviosismo de Jungkook. Siempre había encontrado entrañable la forma en que Jungkook se ponía nervioso en situaciones como esta. -Me gusta, Jungkook, pero no entiendo qué significa. ¿Puedes explicármelo?-

Jungkook respiró hondo, tratando de calmarse. Sabía que tenía que decirle a Taehyung el significado detrás del regalo, pero las palabras parecían atascadas en su garganta. -E-es una imagen del cielo... de la configuración de las estrellas en la noche en que naciste,-logró decir finalmente, su voz temblando ligeramente. -Quería darte algo que fuera... que te recordara lo especial que eres. P-porque... bueno, siempre has sido alguien que ilumina mi vida, como esas estrellas, tambien es para felicitarte por tu sesión de fotos-

Taehyung se quedó en silencio, procesando las palabras de Jungkook. Nunca hubiera imaginado que algo tan profundo y hermoso estuviera detrás de un gesto tan simple. Su corazón se llenó de calidez, y una sonrisa se extendió por su rostro. -Jungkook, eso es... es increíblemente dulce,- dijo, su voz suave pero llena de emoción.

Jungkook dejó escapar un suspiro de alivio, aunque aún sentía que su corazón latía con fuerza en su pecho. No sabía qué más decir, así que simplemente miró a Taehyung, esperando que entendiera todo lo que no podía expresar con palabras.

Taehyung se inclinó ligeramente hacia él, acercándose lo suficiente como para que Jungkook pudiera ver cada detalle de su rostro. -Gracias, Jungkook. Esto significa mucho para mí-, susurró, sus ojos llenos de una calidez que hizo que el corazón de Jungkook se acelerara aún más.

Antes de levantarse para irse, Taehyung hizo algo que Jungkook no esperaba en absoluto. Se inclinó un poco más y depositó un suave y tierno beso en la mejilla de Jungkook, lo suficientemente cerca como para sentir el calor de su piel. -Nos vemos luego-, dijo Taehyung, sonriéndole antes de girarse y salir de la biblioteca, dejándolo con un rubor intenso y el corazón latiendo más rápido de lo que había latido en mucho tiempo.

Jungkook se quedó quieto, sintiendo aún el suave toque de los labios de Taehyung en su mejilla, su mente dando vueltas. Mientras veía a Taehyung desaparecer por la puerta, solo pudo pensar en una cosa: ese pequeño gesto había sido más que suficiente para que su día, y quizás incluso su semana, fuera perfecta.

Black swan KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora