CAPÍTULO 12

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-Escuché que están buscando mujeres para la enfermería. -Dinah habló para luego meterse algo de sopa a la boca.

-Vaya, ¿ahora ellos las buscan? -Negué con la cabeza, era tan irónico que quisieran hacernos creer que iríamos a ser tratadas cuando en realidad querían asesinarnos.

-Para trabajar ahí. -Dijo como si fuera obvio.

-Ah, ¿y quieres ir? -Fruncí el ceño.

-Yo no tengo idea de nada de eso. -Bufó.

-¿Entonces?

-Tu padre es médico, ¿no? -Asentí. -Algo debiste haber aprendido con él. -Se encogió de hombros.

-Leí un par de libros y lo miré muchas veces hacer su trabajo, pero no creo estar capacitada para atender a personas.

-Por Dios, la mayoría de las chicas que están ahí no saben ni siquiera colocar un vendaje. He oído que les va mejor a quienes trabajan como enfermeras o doctoras, su almuerzo no es tan asqueroso y creo que tienen la suerte de dormir sobre algo más suave como paja, supongo que es más cómodo. -Se encogió de hombros.

-Entonces... ¿quieres que vayamos allá? -Levanté ambas cejas.

-Yo no voy a contribuir a que las personas sigan muriendo porque no tengo idea de nada que tenga que ver con medicina, tú sí, así que, creo que sería buena idea que fueras, estarás mejor allá y ayudarás a las personas realmente. -Dio una media sonrisa que parecía más una mueca.

-¿Estás loca? No iré a ningún lado sin ti. Además, si descubren que no soy doctora o enfermera me matarán. -Dije como si fuera obvio.

-Mila, no han atrapado a todas esas chicas que no tienen idea de lo que hacen, así que, no creo que eso sea un problema, aprendiste con tu padre así que, será mucho más difícil que te descubran. Estarás mucho mejor allá, podrías tener medicamentos y así puedes conseguir más ropa o comida. Estás muy delgada. -Rió con la última parte.

-Ni lo intentes, no me iré allá y punto. -Di por terminado aquel tema, completamente decidida.

Ni siquiera podía pensar en dejarla sola, era la única persona que me quedaba y después de todo lo que había hecho por mí, no había forma de que yo me fuera a otro lugar sin ella.

-¿Cómo sigue tu mano? -Ladeó la cabeza viendo mi piel color púrpura al descubierto. Claro, no saldría a trabajar con la venda porque sabrían que de alguna manera la había conseguido.

Era complicado esconder las cosas en ese lugar, ya que, en cualquier momento podían llegar los guardias a inspeccionar los barracones. Por lo que, intentaba llevar las cosas en las bolsas del vestido desgastado que tenía que usar. Cuando iba a las revisiones médicas escondía la pulsera de Sofía y mi anillo entre la tierra que estaba bajo la última cama, algunas veces me costaba trabajo encontrarlas porque el espacio era muy reducido además de oscuro. Sin embargo, sabía que ahí estaban seguras.

-Creo que disminuye el dolor. -Me encogí de hombros, aún lucía bastante mal, pero al parecer el medicamento estaba ayudando.

-¿Crees necesitar más ungüento?

-No, y si lo hago no dejaré que pidas más cosas, cuando tú necesites algo podrían no dártelo, así que, deja de preocuparte por mí y aprovecha las influencias que tienes para ti.

-Eso no es problema, Camila. -Negó rodando los ojos.

-Claro que lo es, sé que las cosas no son gratis aquí, así que, deja de buscar cosas para mí. Te aseguro que con esto es suficiente. -Di una media sonrisa.

GLOOM (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora