CAPÍTULO 40

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-Camila... no quiero arruinar el momento. –Intentó alejarse pero no la dejé.

-Él... la golpea, ¿cierto? –Dije con dificultad viéndola con la ligera esperanza de que dijera que no.

-No, ya te lo dije... solo lo hace cuando tenemos relaciones. –Desvió la mirada y esa era una señal clara de que estaba mintiendo.

-¿Ah sí? ¿Y cómo le hizo eso entonces? ¿La acarició muy fuerte? –Dije con ironía mientras no conseguía que me viera. –Vi golpes como esos con mi padre... son patadas, lo sé. –Aseguré y la ojiverde apretó los ojos, entonces lo supe, yo tenía razón pero por algún motivo no quería admitirlo.

-Eso... fue un accidente. –Noté como sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Por favor, dígame la verdad y míreme a los ojos. –Tomé su barbilla e hice que me viera. Ella no pudo articular palabra porque el llanto apareció primero. Así que la abracé como nuestra posición en la cama nos lo permitió. –Está bien si no lo quiere decir, pero ahora lo sé... –Escondió su rostro en mi cuello. –Sé que no puedo hacer nada... pero no soporto la idea de que alguien la está lastimando. –Sentí como mi cuerpo se llenaba de enojo al pensar en lo cobarde que era el imbécil de su prometido.

Estuvimos en esa situación por un par de minutos en los que sabía que lloraba en silencio, sentí la humedad en mi cuello así que, solo me dediqué a acariciar su hermoso cabello y esperar a que se tranquilizara.

-No es nada... –Negó en un susurro. –Nada comparado con lo que soportas todos los días. –Hizo una mueca por fin poniendo su rostro frente al mío.

-Usted me cuida de eso... –Sentía mucha impotencia provocándome ganas de llorar también. –Pero yo... –Quise decir con la voz quebrada pero ella me lo impidió.

-Tú acabas de curarme el alma, Camz... –Me miró directamente a los ojos. –No me importaría tener que soportar eso si después vas a venir a besar cada parte de mí como lo acabas de hacer. –Me acarició la mejilla y esa mirada en sus ojos me gritaba que me quedara con ella, que no me apartara de su lado por nada del mundo y en ese momento deseaba con todas mis fuerzas no hacerlo.

-Tenga por seguro que yo podría dedicarme a hacerlo todo el tiempo. –Acaricié su nariz con la mía viendo como sonreía cual niña pequeña emocionada, sonaba bastante comprometedor pero ya no me importaba mucho, sentía como si el momento tan íntimo que acabábamos de compartir hubiera terminado con las barreras de pensamiento que tenía impuestas. –Pero no por eso puede permitir que la traten así. –La vi suplicante. –Su cuerpo... por Dios... –Suspiré acariciando su hombro con la yema de mis dedos hasta llegar a su brazo. Ambas estábamos cubiertas con las mantas pero ella tenía su extremidad lastimada fuera. –Es lo más hermoso que he visto en mi vida... –Hice el recorrido nuevamente siguiendo mi mano con la mirada. –No puedo concebir cómo alguien puede siquiera pensar en hacerle daño. –Negué con los ojos apretados.

-Él no parece pensar de esa manera. –Hizo una mueca. –Siempre es brusco, me ha lastimado un par veces, le digo que se detenga pero no lo hace... tener sexo con él es una tortura. –Se removió incómoda y yo simplemente la escuchaba deseando que ese imbécil no la volviese a tocar nunca. –No haré comparaciones porque se queda muy corto, pero contigo... –Dio una media sonrisa y sentí mi rostro enrojecer. –Contigo fue hermoso, Camz... sentí como me cuidabas, sentí que te interesaba lo que yo estaba sintiendo, la forma en que me mirabas me hizo sentir como si fuera lo más bonito del mundo, ni siquiera tengo palabras para describirlo de la manera correcta. –Expresó viendo hacía el techo como si estuviera rememorando lo que había pasado momentos antes.

-Probablemente lo sea. –Me miró esta vez. –No conozco todo el mundo, pero podría estar segura de que lo es. –Le di un corto beso en la mejilla. Nos miramos por un par de minutos como si nada a nuestro alrededor existiera, pérdidas en los ojos de la otra. –Él... ¿le golpeó la nariz? –Pregunté con cierto temor a que su respuesta fuera afirmativa pero eso no quitaba que necesitara saberlo y bueno, solo se limitó a asentir.

GLOOM (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora