CAPÍTULO 23

39 8 0
                                    

A pesar de que la idea de no tener contacto con ella no me gustaba, no podía evitar pensar que efectivamente su ayuda no tenía ninguna intención oculta, tenía razón, estos días me había seguido ayudando sin contactar directamente conmigo como supuestamente yo lo quería, y eso la hacía ganar muchos puntos conmigo, aunque no sabía para qué con exactitud. Admiraba mucho a esa mujer, admiraba su valentía, sus ganas de ayudar sin esperar nada a cambio, incluso su actitud autoritaria sin llegar a ser grosera.

-No debí ignorarlo la primera vez que me lo dijiste, me estaba comportando como una acosadora y lamento eso, entiendo que estás en una posición muy desfavorable, entiendo que odies a cualquier persona que porte este maldito uniforme, incluso entiendo que me hables de la manera en que lo haces, yo también lo haría si estuviese frente a una representante del partido que me arrebató a mi familia y que además me está haciendo pagar algo que no debo, así que... no te causaré más problemas, si alejarme de ti contribuye a tu bienestar, entonces lo haré... -Hizo una mueca y mi corazón empezó a latir con mucha fuerza, sentí como el calor se apoderaba de mi cuerpo, quizá era algún tipo de temor a que realmente ya no volviera a tener contacto con ella.

-Por favor, ya pare. -Pedí cerrando los ojos y soltando un largo suspiro. La miré y su semblante cambió ligeramente de cierta tristeza a confusión. -Esto no mejora nada... -Dije completamente agotada por la forma en que me sentía.

-Pero... estoy diciendote que... -Intentó decir pero la corté.

-Ya sé lo que dijo. -Me acerqué a ella quien seguía sentada, tomé el reposabrazos de su silla logrando que entendiera que quería que se hiciera hacía atrás para poder estar más cerca. -Pero... no quiero que se aleje, estos días he estado frustrada, desesperada, llena de incertidumbre, y aunque me cueste admitirlo es porque usted hacía como si no estuviese ahí. -Ahora lucía sorprendida pero no parecía divertirse con aquello, al contrario parecía que le agradaba escucharlo.

-¿Entonces por qué me pediste eso? -Frunció el ceño viendo cada uno de mis movimientos.

-Porque sé que lo que hacemos no está bien y aparentemente alejarme es lo más fácil. -Un suspiro salió de entre mis labios logrando que su mirada se posara sobre ellos. -Pero... no lo soporto y no es lo que quiero. -Coloqué mis manos en el reposabrazos para poder inclinarme de modo que mi rostro quedara frente al de ella, no demasiado cerca, únicamente para que nuestras miradas se encontraran de manera más cómoda.

No podía creer lo hermosa que era, no tenía ninguna imperfección, sus ojos verdes eran lo más bello que había visto en mi vida acompañados de un par de cejas pobladas que hacían que estos resaltaran, su nariz parecía esculpida cual diosa griega, sus labios tenían el grosor perfecto y no podía negarlo, mi corazón latía como loco cada vez que la tenía cerca y mi estómago daba un vuelco cuando nuestras miradas se conectaban.

-Entonces... ¿Qué es lo que quieres de mí? -Pasó su lengua por sus labios humedeciendolos haciendo que me perdiera por un momento.

-Solo... no se aleje, olvide lo que le dije. -Pedí con una media sonrisa haciendo que ella me devolviera el gesto.

-Creí que lo más fácil era que me alejara y que lo que habíamos hecho estaba mal. -Esta vez sí que lucía divertida, levantó una ceja.

-Solo le pedí que no se alejara, no le dije que seguiríamos haciendo eso. -Dije como si fuera obvio viendo como su sonrisa se borraba un poco pero no por completo. -No creo que esté mal solo porque estamos en guerra y en contra, ni solo porque seamos dos mujeres... -Bajé la mirada y suspiré. -Sino también porque usted está comprometida. -Dije con pesadez, esa quizá era la peor parte de todas, pero las otras dos razones también tenían demasiado impacto.

GLOOM (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora