-¿Sabe? Jamás podría gustarme estar en el campo... pero cuando estoy con usted siento que me gusta cualquier lugar. –Sentí mi rostro arder después de decir aquello pero como lo había dicho, ya no podía controlarme y sinceramente había dejado de intentarlo después de ver que la ojiverde reaccionaba como si le agradara escuchar lo que tenía que decirle.
-Lo entiendo bastante bien... cuando mi madre murió creo que no había otro lugar en donde me sintiera cómoda, solo en donde había cosas que me recordaran a ella, pero ahora... me siento bien en cualquier lugar donde tú estés. –Quitó un mechón de cabello de mi rostro y lo colocó detrás de mi oreja.
-Basta, de verdad el corazón se me saldrá del pecho. –Intenté apartar la mirada pero no me dejó.
-¿Qué estás haciendo conmigo? No importa si estoy dormida o despierta, no puedo sacarte de mi mente. –Dio un suspiro que chocó contra mis labios.
-Por favor, ya no lo soporto. –Apreté los ojos.
-¿Qué? –Su voz tenía un tono astuto, como si supiera exactamente mi respuesta.
-No soporto verla sin poder besarla, mucho menos soporto tenerla así de cerca y no hacerlo. –Estaba frustrada, y ya no me interesaba en absoluto perder esa imagen tímida y nerviosa, poco a poco eso había desaparecido y lo agradecía de cierta manera aunque en ocasiones sentía que estaba llevando demasiado lejos lo que tenía con ella.
-Entonces hazlo... –Oí su voz y mis ojos se abrieron notando como tenía una media sonrisa en el rostro, mi necesidad de borrarle dicha expresión facial se hizo casi insoportable porque me ocurría algo extraño cuando se comportaba de esa manera, en primera me parecía arrogante y muy molesta, pero también sumamente sexy.
-Odio que luzca tan bien siendo tan soberbia. –La miré desafiante.
-Lo dudo... –Elevó una ceja. –¿Sabes qué? –Estuvo a punto de pegar sus labios a los míos pero de pronto cambió la dirección de su recorrido yendo hasta mi oído. –Creo que te gusta... –Susurró y sentí mis piernas temblar.
Por más que estaba desesperada por besarla, me contuve, no quería darle el gusto, al contrario, quise demostrarle a ella y a mí misma que yo también podía jugar ese juego.
-Me acabo de dar cuenta... ¿sabe? –Me separé hasta quedar de frente con ella tan cerca que nuestras narices se tocaban. –Me encanta cuando está en su faceta de jefa autoritaria... –Giré mi rostro para acercar mis labios a los suyos y sentí como suspiró con pesadez. –Luce increíblemente atractiva... –Al hablar mi boca tocó la suya.
-Camz... –Dijo tragando pesadamente.
-Creo que quien no lo soporta ahora no soy yo. –Elevé la comisura de mis labios justo como ella lo había hecho, aunque dudaba que luciera un poco de lo bien que ella lucía.
-Tú ganas. –Y me besó.
A pesar de que pensé que me tomaría de esa manera tan posesiva que ya se había vuelto habitual en nuestros encuentros, me sorprendió cuando me besó despacio y profundo, como si no tuviese prisa. Entonces lo recordé, estábamos solas, según me había dicho, su padre volvería hasta el siguiente día y no había ningún tipo de peligro que nos hiciera apresurarnos, quizá por eso se estaba tomando su tiempo, y a pesar de que la velocidad y su posesividad me hacían estremecer, el hecho de que se dedicara tan tranquilamente a besarme me ponía aún peor y aumentaba las sensaciones en todo mi cuerpo.
Succionaba mi labio inferior lentamente mientras yo me quedaba pasmada dejando que tomara el control completo de la situación. Mi boca estaba entreabierta conteniendo la respiración y sintiendo aquella increíble sensación de su boca acariciando la mía de esa manera. Sentía como mi cuerpo temblaba y mis manos comenzaron a sudar, cosa que pareció notar porque sentí sus manos recorrer mis brazos de arriba abajo lentamente, quizá en un intento de tranquilizarme.
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GLOOM (CAMREN)
FanfictionUna guerra, una crueldad fuera de este mundo y otro amor imposible. Tal vez no todos los nazis eran malos.