Ora por los malvados -COMPLETO-

Capítulo 91: Dos Minutos Para Medianoche (Parte 2)

CAPÍTULO 91: Dos Minutos Para Medianoche (Parte 2)

Bunker #17

30 De abril de 1996

2:15 p.m.

Muy pocas personas fuera del Panteón del Señor Oscuro entendieron cuán vasta era realmente su operación. Ni el Ministerio ni la Orden de Dumbledore eran ciegos, todos sabían que las palabras del Señor Oscuro habían resonado con muchas brujas y magos dentro de Gran Bretaña. La Gran Guerra había sido un esfuerzo largo y brutal. Casi ciento cincuenta años de subyugación mágica no eran algo que se olvidara fácilmente. Ni perdonado. Incluso con Dumbledore y muchos otros tratando de hacer que la gente dejara ir el viejo odio, el resentimiento hacia los muggles era demasiado fuerte para ser barrido debajo de la alfombra.

Hoy en día se había convertido en un tabú compartir estos puntos de vista. No abrazar a los muggles y a sus descendientes. Ignorar lo cerca que estuvieron de exterminar a los magos. Pero todo sucedió hace siglos, los amantes de los muggles llorarían, ahora son diferentes. Y se suponía que debían creer eso. Apenas habían escapado de la Gran Guerra con sus vidas, permitiendo que los muggles los empujaran a esconderse. Ni siquiera tuvieron la oportunidad de tomar represalias. Para garantizar que lo que sucedió nunca vuelva a suceder. Y con Dumbledore y el resto de sus drones sin sentido a cargo, nunca lo harían a menos que algo cambiara. Se suponía que debían elevarse por encima de todo lo que los muggles les hacían y luchar por la paz. El mero pensamiento puso furioso a Barty. Eran ingenuos, todos ellos. Todos los amantes de los muggles que dirigían el país, aquellos que se habían dejado olvidar de lo que los muggles eran realmente capaces. Serían la muerte del mundo mágico, y muchas brujas y magos lo sabían.

La ira puede haber disminuido en susurros a medida que pasaron los siglos, pero lo fue lejos de silencio. Algunos ni siquiera se atrevieron a expresar sus puntos de vista a sus seres queridos, llevando una doble vida y sirviendo al Señor Oscuro en secreto mientras fingían ser el ciudadano promedio y condicionado. Otros habían encontrado personas que compartían los mismos puntos de vista que ellos: familiares, amigos, compañeros de trabajo, y se unieron como grupo. Cada caso era diferente, pero todos compartían la misma mentalidad: Morirían antes de permitir a los muggles una segunda oportunidad de subyugación mágica.

Su número había crecido tanto que había obligado al Señor Oscuro a crear varios lugares de reunión en todo el país. Algunos de estos lugares eran casas de seguridad regulares, escondidas entre su enemigo y protegidas lo suficiente como para mantenerlos ocultos sin levantar banderas para el Ministerio. Pero cuando estas casas de seguridad demostraron que no eran suficientes, el Señor Oscuro había puesto varios bunkers en todo el país. Estos estaban custodiados con magia mucho más poderosa que las casas de seguridad, y aunque eso había llevado al Ministerio a notarlos más, aún no habían sido penetrados. Allí, estaban tan seguros como en Azkaban. Ni una sola palabra dejaría los límites de estos bunkers a menos que alguien de adentro los revelara. Que era precisamente lo que se necesitaba para la reunión de hoy.

Ya estaban allí esperándolo. Treinta o más brujas o magos de pie en la atención cuando entró en la habitación. Sus rostros estaban escondidos detrás de sus máscaras, pero Barty podía decir que tenía toda su atención. Algunos parecían ansiosos, otros un poco vacilantes, pero después de años de vivir con su reputación, había aprendido a ignorarlo. Los recibió con dureza, prescindiendo rápidamente de las formalidades mientras estudiaba a todos y cada uno de ellos. No sabía sus nombres y nunca vería sus caras, pero nunca olvidó que había una persona detrás de la máscara. Y después de mañana por la noche, algunos de ellos podrían nunca volver a casa. Era su responsabilidad asegurarse de que tantos de ellos hicieran lo que pudiera.