Ora por los malvados -COMPLETO-

Capítulo 101: Niños del Destino (Parte 5)

CAPÍTULO 101: Hijos del destino (Parte 5)

Londres

11:55 p.m.

"¡CRUCIO!"

El perno rojo voló unos centímetros sobre la cabeza de Rufus, adornando sus túnicas antes de que chocara con un vehículo detrás de él, volando una de sus puertas. Estaba respirando duro, todo su cuerpo maltratado y negándose a obedecer las órdenes de su mente. Si todavía hubiera estado en su mejor momento, Rufus estaba seguro de que podría haberse enfrentado fácilmente a los tres Mortífagos frente a él, además de algunos más. Desafortunadamente, enfrentándolos ahora como un hombre mayor, los eventos de la noche lo habían afectado, y eran difíciles de ignorar.

Lanzó un conjunto de encantos impresionantes y encarcelados en los Mortífagos, todos los cuales fueron bloqueados por el hombre pelirrojo y sus dos cómplices, pero fueron una distracción lo suficientemente buena como para que sus maldiciones pasaran furtivamente. Hubo un grito de dolor cuando una de las maldiciones golpeó al Mortífago a la izquierda en su pie, enviándolo a desmoronarse al suelo. Mientras que las otras dos maldiciones también perdieron su marca, la metralla nacida de las explosiones en el suelo todavía resultó mortal para los otros dos Mortífagos, ya que eran demasiado tarde para bloquearlos.

Sin perder el ritmo, Rufus aturdió silenciosamente al Mortífago agarrando su pie, cortando sus gritos. Su cuerpo reaccionó rápidamente, viendo a un Dolohov levantando su varita hacia él. Esquivó a la derecha, evadiendo la maldición verde lanzada hacia él antes de lanzar un encanto rápido que paró la maldición azul del otro Mortífago, dirigiéndola hacia la luz de la calle detrás de ellos. El vidrio se rompió con un grito ensordecedor, las innumerables piezas de vidrio chocan en el suelo. Pero Rufus apenas podía prestarles atención mientras los Mortífagos avanzaban en su ataque.

Lo estaban obligando a retirarse, sin darle la oportunidad de aparearse o intentar contrarrestar sus ataques mientras seguían emitiendo maldiciones contra él. Rufus intentó desviar una de sus maldiciones hacia ellos, pero con el uso imprudente de Dolohov de los imperdonables obligándolo a moverse en lugar de depender de un escudo, era imposible detener con éxito las maldiciones del otro Mortífago para que los golpearan en lugar de volar por toda la calle.

Rufus deseaba haber aceptado la copia de seguridad, pero rápidamente cerró ese pensamiento. Se mantuvo firme, incluso cuando los Mortífagos seguían ganando ventaja.

"Vamos, Scrimmy!" Dolohov gritó, su voz plagada de alegría infantil. "Haz que esto sea más divertido!"

"Enfoque!" El otro Mortífago se rompió.

Dolohov lo ignoró, riéndose cuando Rufus actuó demasiado tarde y una maldición azul lo golpeó justo en su muslo izquierdo. Su pierna fue repentinamente incendiada con una agonía abrumadora, estirándose y desgarrándose del interior. Cayó al suelo, evitando involuntariamente la maldición de tortura de Dolohov, así como el siguiente ataque del otro Mortífago. Y una vez más sintió que los instintos se hacen cargo, su cuerpo se mueve a pesar de él y lanza una maldición a la otra Mortífaga, golpeándolo en el pecho justo antes de que fuera lanzado hacia atrás por el poder detrás de ese hechizo.

Dos abajo, pero ya era demasiado tarde. Dolohov se rió y corrió hacia él, claramente queriendo tomarse su tiempo matando al hombre que lo había enviado a Azkaban. Pero mientras saltaba hacia Rufus, divagando felizmente, las cuerdas repentinamente arremetieron contra la oscuridad circundante. Se aferraron a sus brazos, piernas, cabeza, cualquier parte que pudieran agarrar. La risa de Dolohov se detuvo rápidamente, luchó contra las restricciones, incluso logrando desgarrar algunas de las cuerdas. Pero docenas más siguieron apareciendo, levantándolo en el aire, sacando la varita de sus dedos. Se sacudió contra el suelo, Dolohov gimiendo por encima de él mientras su cuerpo estaba contorsionada y retorcida de manera dolorosa, pero todavía estaba muy vivo. Principalmente ileso.