Ora por los malvados -COMPLETO-

Capítulo 24: Halloween (Confrontaciones)

CAPÍTULO 23: Halloween (Confrontaciones)

Baños Dungeon

31 De octubre de 1991

8:00 p.m.

Pasaron las horas y Harry se mantuvo encerrado dentro del baño. Le dolía la garganta por todos los sollozos, sus ojos se habían secado hace mucho tiempo, pero la tensión de todo esto todavía lo hacía sentir como una cáscara sin alma. Era como si su propia fuerza vital hubiera sido drenada. Sus músculos dolían por todo su cuerpo, la idea de incluso ponerse de pie trajo dolor en sí mismo.

El tiempo se había vuelto sin sentido. No tenía idea de cuánto tiempo había pasado dentro del baño. Podrían haber sido días, semanas, ciertamente se sentía así. No creía que dormir un día completo directamente ayudaría con eso.

No quería irse. No quería volver al castillo, enfrentarse a Montague, los otros Slytherins. Había renunciado a decirse a sí mismo que Montague estaba mintiendo, estaba guardando su cobertura. No importaba cuánto hubiera repetido ese mantra, su cerebro no había estado dispuesto a aceptarlo. ¿Cómo pudo? Estaba claro como el día.

Montague no era su amigo. No era su hermano. Ni siquiera le importaba. Todo lo que le había dicho, todo lo que pasaron. Todos esos meses. Todos eran una mentira. Le había mentido. Le dije que lo amaba, que era su amigo, que nunca lo dejaría. Y lo traicionó. Sin pensarlo dos veces. Sin ningún remordimiento.

Harry se preguntó cómo actuaría Montague si pudiera verlo ahora. Extendido en el suelo, con los ojos inyectados en sangre, mirando como si apenas se aferrara a la vida. ¿Se reiría? ¿Se burlaría de él? ¿Lo disfrutaría?

Por supuesto, lo disfrutaría. Pero no se reía ni se burlaba de él, actuaba preocupado, actuaba como el suyo amigo, dile que todo iba a estar bien. Que había gente por ahí, gente como él, que se preocupaba por él.

Mentiras. Todas las mentiras.

Se reiría por dentro. Odiarse a sí mismo por no poder hacerlo en el exterior, sediento del momento en que finalmente pudo revelarle a Harry cuánto lo había estado interpretando.

Harry se preguntó si lloraría, gritaría o vomitaría ante ese pensamiento si todavía podía hacer cualquiera de ellos.

Cayendo al suelo una vez más, Harry cerró los ojos. Su instinto se retorció cuando su mente obligó a las imágenes de Montague a la vanguardia. La sonrisa enferma que tenía hoy temprano. Todas las veces lo miraba cuando pasaban tiempo junto con lo que ahora reconocía como resentimiento oculto, en lugar de zonificarlo como había pensado anteriormente. Todos los pequeños momentos que se había perdido, las advertencias a la inminente traición.

Y entonces escuchó gritos.

Estaba lejos, un susurro en el fondo de su mente. Pero gradualmente se hizo más fuerte y más fuerte. Y antes de darse cuenta, los gritos iban acompañados de pasos pulsantes que parecían casi mover el suelo.

Harry se levantó lentamente, tomando un segundo para reunirse antes de obligarse a ponerse de pie. Saliendo sigilosamente del baño, fue recibido por una estampida de estudiantes, todos corriendo hacia él. Desde los primeros años hasta los séptimos años, cada estudiante que llevaba una túnica Hufflepuff corría hacia él en un frenesí ligeramente controlado.

"Lo que está pasando?" Preguntó Harry, su voz áspera y extraña para sus oídos.

Pero todos lo ignoraron. Corriendo más allá de él, casi atropellándolo mientras huían de una amenaza invisible. Harry se apoderó de uno de los estudiantes, un cuarto año.