Ora por los malvados -COMPLETO-

Capítulo 87: Sentencia de Vida (Parte 2)

CAPÍTULO 87: Sentencia de Vida (Parte 2)

Lugar Grimmauld

5:45 p.m.

Albus no podía recordar la vez anterior que se había sentido tan nervioso, especialmente para una reunión de la Orden. Había sido su líder durante años, ahora. Había sido puesto en un pedestal por el Mundo Mágico durante tanto tiempo, su palabra tomada como ley sin que nadie lo cuestionara, que había olvidado lo que era sentirse inseguro de sí mismo. Por otra parte, dudaba que alguien dentro de la Orden incluso fuera ambivalente a sus ideas. Y después de todo lo que había sucedido, Albus no podía culparlos. Pero con Tom buscando las Reliquias de la Muerte, y sus Mortífagos acercándose cada vez más a su próximo movimiento, no tenían opciones.

Había llegado a creer que la penitencia era la mejor alternativa al castigo. Este era su momento para demostrarlo.

La cocina estaba llena, apenas había espacio para respirar. Toda la Orden estaba aquí, no solo por el ataque en Nurmengard, sino por la noticia de que Harry había sido atrapado por los Aurors anoche. Era una noticia que había puesto a todos al límite, ya que antes de que pudiera comenzar la sesión, todos ya estaban discutiendo al respecto.

"No se le puede permitir hablar", dijo Elphias Doge. "Él revelará todas nuestras identidades. Deberíamos haber impuesto los rituales de la Orden al niño desde el momento en que pisó nuestra sede."

"No creo que tuviéramos el tiempo, con Black, Lupin y Tonks inmediatamente golpeándolo hasta la pulpa y encerrándolo", ladró Moody, y tanto Lupin como Tonks tuvieron la gracia de mirar hacia otro lado con vergüenza.

"El niño no hablará", dijo Mundungus, de alguna manera siendo la voz más centrada de toda la habitación. "Él no tiene amor por los Aurores, ninguna figura de autoridad, en realidad, un niño así sería enviado a Azkaban por despecho que convertirse en un soplón."

"Y lo conocerías tan bien", dijo Andrómeda Tonks. "Ni siquiera te atreviste a acercarte a él mientras estuvo aquí."

"A diferencia de ti, no tengo un deseo de muerte."

"Tenemos múltiples Aurores en nuestras filas", habló Hestia Jones. "Por qué Tonks o Kingsley simplemente no arrebatan al niño cuando nadie está mirando?"

"Alguien siempre está mirando", dijo Kingsley en su voz profunda. "Potter se ha convertido en el caso especial de Scrimgeour. Ni siquiera me permite a mí ni al resto de los Aurores adentro. No estaría arriesgando mi carrera tratando de acercarme a la celda de Potter, la estaría haciendo pedazos."

"Albus, ahora estás trabajando para Scrimgeour", dijo Minerva, y Albus sintió que toda la Orden se volvió hacia él. Tampoco se perdió la sorpresa en sus caras. "No puedes hacer algo?"

Muy pocas personas en la sala habían aprendido sobre su estatus como el novato más nuevo del DMLE. Era algo que había tratado de esconder de ellos, principalmente por vergüenza. No le había importado a los otros Aurores que él fuera Albus Dumbledore, habían comenzado a menospreciarlo y burlarse de él. Con Fudge y Tom haciendo todo lo posible para empañar su nombre, era algo que había estado esperando. Sin embargo, no lo hizo menos humillante. Había visto a sus viejos estudiantes reírse de él cuando entró con sus nuevas túnicas y escuchó los susurros mientras caminaba por los pasillos. Y mientras algunos, muy pocos, todavía lo trataban con amabilidad y respeto, sus esfuerzos fueron ahogados por los demás.

Albus suspiró, tratando de no caer más profundamente en el odio a sí mismo. "Alas, me temo que no." La declaración hizo que la habitación explotara en locura una vez más, y sus siguientes palabras no hicieron nada para ayudar a la situación. "E incluso si lo hiciera, recuperar a Harry del DMLE no es nuestra prioridad actual."