Ora por los malvados -COMPLETO-

Capítulo 25: Halloween (Retribución)

CAPÍTULO 24: Halloween (Retribución)

El Gran Salón

31 De octubre de 1995

8:15 p.m.

Harry entró en el Gran Salón con un grupo de Slytherins liderados por Keeva Sánchez, la prefecta de sexto año. Había dejado la reunión del DA esta noche más tarde de lo habitual, probablemente debido a su conversación con Susan, y para cuando regresó a la sala común, casi todos los prefectos se habían ido, junto con el resto de la casa. Afortunadamente, Sánchez había estado esperando algunos años más jóvenes para salir de sus dormitorios, un grupo de primer y segundo año que, curiosamente, incluía a Michael.

Verlo hizo que Harry se diera cuenta de cuánto había descuidado al niño de primer año que había cuidado durante septiembre. El conflicto con Daphne, y Montague más tarde, había mantenido la mayor parte de su atención, y se había olvidado por completo del pequeño Michael. Fue solo una vez que lo volvió a ver que se dio cuenta de que en realidad había extrañado al niño, aunque eso no era algo que dijera en voz alta. Afortunadamente, Michael no había tomado en serio su ausencia este mes, aunque Harry sintió que era más debido a la bruja de segundo año con el pelo rojo que el niño no podía dejar de mirar.

Michael lo había saludado amablemente y los dos hablaron mientras se dirigían al Gran Salón. Pero por mucho que Harry intentara centrarse en la conversación, imágenes de Montague riéndose en la sala común: sus risas se mezclaron con sus propios gritos en una orquesta retorcida que se acumuló lentamente dentro de su mente. Por mucho que Harry intentara ahogar todo eso con la voz de Michael, parecía más imposible para el segundo, y cuando llegaron al Gran Salón, interrumpió abruptamente a Michael, diciendo que tenía que ocuparse de algo, pero prometiendo que se pondrían al día más tarde.

Michael se había encogido de hombros, sonrió y estuvo de acuerdo, antes de saltar básicamente hacia la chica pelirroja y conversar con ella. La escena que atraviesa a Harry como dolor físico. Odiaba ver a Michael así: inocente, ingenuo, agradable. Odiaba cuánto le recordaba a sí mismo hace tantos años. No podía dejarlo reposar, no podía permitir que el niño fuera tan ingenuo como lo había sido. Para cometer los mismos errores que él tuvo. Hablaría con él, le haría ver la razón, lo obligaría si tuviera que hacerlo. Pero en este momento, no tenía tiempo para eso.

Se volvió hacia la mesa de Slytherin, encontrando a Graham rodeado por una masa de sexto y séptimo año.

En este momento, no tenía tiempo en absoluto.

Dirigiéndose a su lugar en la mesa, Harry no pudo evitar ver cómo Susan y Hermione lo miraban descaradamente, con la preocupación y la confusión claras en sus respectivos rostros. Pero tan obvio como las dos chicas que lo miraban desde el otro lado de la sala era cuán agresivamente casi cada quinto año o más en la mesa de Slytherin evitaba su mirada. Greengrass y Malfoy son claros ejemplos de ello. Probablemente el único que no lo estaba evitando activamente era Montague, que se había vuelto hacia él y sonrió de su manera habitual condescendiente, pero sin nada que pueda traer banderas rojas a su cabeza, antes de volver a su comida. Si no hubiera otros estudiantes en la mesa y Susan no le hubiera contado lo que había escuchado, Harry dudaba de que pudiera haber descubierto que Montague estaba tramando algo puramente de esa mirada.

"Mover!" Harry gruñó a Davis, que estaba sentado frente a Theo y Pansy, donde generalmente se sentaba.

"Postadas Francesas?" ella preguntó nerviosamente, entregándole el utensilio de servicio.

Greengrass obviamente la había enviado, la había hecho tratar de convencerlo de cualquier plan que ella o Montague tuvieran en su lugar. ¡Solo un idiota caería en un esquema tan patético, uno que incluía a Tracey Davis, de todas las personas! Harry se volvió para burlarse de Greengrass, quien lo ignoró violentamente incluso mientras lo hacía. Fue honestamente decepcionante que Daphne, que Graham, hubiera ideado un esquema tan idiota como ese.