Ora por los malvados -COMPLETO-

Capítulo 7: Cómo Ganar Amigos e Influir en Gryffindors (Parte 1)

CAPÍTULO 7: Cómo Ganar Amigos e Influir en Gryffindors (Parte 1)

6 De septiembre de 1991

El oscuro y frío dormitorio de Slytherin de primer año se iluminó repentinamente cuando las seis antorchas grabadas en la pared explotaron con una cegadora luz naranja, haciendo que los ojos de Harry se abrieran mientras se interrumpía su sueño. El niño medio bostezado, medio gimido mientras se extendía en la cama, lamentando haberse quedado despierto hasta tarde la noche anterior. Odiaba el protocolo Slytherin, siendo obligado a despertarse a las seis y media de la mañana por cualquier monstruo, muy probablemente Snape, decidió programar las velas de esa manera. E incluso si alguien decidiera volver a dormir, enfrentaría la ira de su Jefe de Casa, tal como Crabbe había aprendido en su primera mañana en el castillo.

Snape. A Harry no le gustaba, ¿verdad, en absoluto, y se odiaba a sí mismo por no elegir a Gryffindor cuando el sombrero de clasificación presentaba ambas opciones. La forma en que el sombrero le había dado las opciones, Slytherin parecía la mejor opción, la que le daría la oportunidad de demostrar finalmente a sí mismo al mundo y llegar a ser grande. Todo lo que le dio fue un Jefe de Casa que lo detestaba absolutamente, y en las interacciones limitadas que había tenido con él, no desperdició ninguna posibilidad de gritarle, y elimine puntos de él, y de los compañeros de casa más detestables que cualquiera pueda pedir.

Malfoy fue un pinchazo de grado A, nunca perdió la oportunidad de intentar mandarlo o intimidarlo una vez que Harry demostró tener un poco más de independencia que Crabbe y Goyle. Daphne era más o menos lo mismo, solo que con el cabello más largo. Parkinson fue grosero con cualquiera que intentara hablar con ella, a pesar de que realmente no tenía amigos. Theo y Blaise eran tan groseros como Malfoy, y tenían eso superior a la mayoría actitud como Daphne, pero al menos no intentaron mandarlo.

Con todo, a Harry no le gustaban. Había tratado de ser amigo de ellos, lo había hecho durante la última semana sin cesar sin hacer ningún progreso. Esperemos que sus intentos funcionen pronto, después de todo, estuvo atrapado con ellos durante los próximos siete años. Se calentarían con él, eventualmente. Tenían que hacerlo. No había Dudley aquí para forzarlos contra él, al igual que había obligado a todos sus amigos de vuelta a casa a abandonarlo. Sí, estaba seguro de que serían amigos. Solo llevaría tiempo.

Harry se obligó a levantarse de su cama antes de que Snape pudiera llegar a sus dormitorios, algo que generalmente tomaba cinco minutos después de la llamada de atención inicial. Por lo que había oído hablar de los demás, solo sería así durante su primer año. Después de eso, su Jefe de Casa no les visitó al amanecer, aunque se suponía que aún debían despertarse al mismo tiempo.

Al ver que solo Malfoy y Theo se habían levantado por completo, Harry corrió al baño para asegurarse de que se las arreglara en una de las duchas disponibles. El baño estaba equipado con tres baños, tres baños y tres espacios de ducha: por qué no había uno para cada estudiante, no tenía idea. Quiero decir, había una cama y una mesita de noche para cada uno de ellos, seguramente no podría haber sido tan difícil hacer lo mismo con los servicios de baño, especialmente no con magia.

Después de tomar una ducha rápida, se secó con una de las toallas antes de vestirse. Antes de Hogwarts, Harry nunca había usado un uniforme tan formal, ni nada que le quedara bien, realmente. Se sentía raro dentro de una de esas camisas abotonadas que había acostumbrado a ver a personas como el tío Vernon y otros adultos exitosos que había visto antes. Intentó usarlo de varias maneras, escondido, sin esconder, con botones sueltos, mangas enrolladas, sin corbata, pero nunca se sintió bien con él. Tal vez se convertiría en ellos a medida que pasaba el tiempo, pero por ahora, estaban realmente incómodos.