Por Hassel Johnson (@HasselJohnson)
Obra: Bosque de memorias (https://www.wattpad.com/1413918943-bosque-de-memorias-%C2%A9-parte-3-bajo-el-manzano)
Yo tenía una casa a las afueras de Delfrost, justo en el límite con el bosque que abraza la cordillera de Atalis. Cada mañana, la luz del sol se colaba por el norte, iluminando a mi esposo y a mí, ya despiertos y sumergidos en nuestras labores en la granja. Ordeñábamos las vacas en el establo, recogíamos los huevos de nuestras gallinas ponedoras y conversábamos con las plantas del huerto, animándolas a crecer.
Bertrand, con un cariño especial, cuidaba del manzano que había plantado en la entrada de nuestra casa. Le dedicaba más atención que a cualquier otra criatura sobre la tierra, y el árbol, consciente de ello, crecía más lento que un roble, disfrutando de sus cuidados.
«No me gusta la atención que le das a ese manzano. Es un árbol muy engreído; deberías ignorarlo», le decía a menudo y provocaba su risa. Sus hoyuelos se marcaban en su rostro, y su voz resonaba fresca y viva como el agua de una cascada, llenando todas las habitaciones y haciendo saltar mi corazón. Aunque su alegría me hacía apreciar un poco al árbol, Bertrand seguía ignorándome y confiaba más secretos a sus ramas.
Al acabar nuestras labores, dejábamos atrás las botas embarradas y caminábamos descalzos hacia el salón de nuestra casa. El crujir de las maderas del piso bajo nuestros pies y el tacto de sus vetas, cálidas bajo el sol de la mañana, nos recordaban que estábamos en nuestro hogar. Durante el día, el aire fresco se mezclaba con el aroma del pan recién horneado y las violetas del jardín. Llegué a creer que esta felicidad, de algún modo, sería para siempre.
Las primeras lluvias de la temporada ya habían iniciado. Bertrand me sorprendió secando el agua del piso debido a pequeñas goteras. «Tengo que reparar ese techo antes de que empeoren las lluvias, o hará que las vigas se pudran y tendré que reemplazarlas», me dijo, mientras observaba detenidamente por dónde se producían las filtraciones. Hablaba en voz alta, detallando lo que necesitaba, pero yo sabía lo que realmente se escondía bajo esos comentarios; nadie había querido venir a ayudarnos, y nuestros ahorros no alcanzaban para convencerlos.
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Por siempre
Cerita PendekRelatos de despedida compartidos por escritoras y escritores de la comunidad La resistencia escrita. La muerte no es el fin del vínculo; esa persona que se fue seguirá dentro.